Tuve sexo con mi esposa y su amiga adicta al sexo anal y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Me excitó mucho el regalo que me hizo mi bella esposa. Por supuesto tuve que pagarle justamente y días después llamé a mi amigo para que se tirara a mi mujer. El día que compartí a mi mujer con mi amigo lo dejaré para otra historia porque el día que me la cogí a ella y a su amigo fue aún mejor.
¿Qué harías si tu mujer te dijera que quiere traer a su mejor amiga para tener sexo caliente? Me alegré mucho, y como ella quería hacerlo, por supuesto que acepté. Y fue un momento mágico, tenemos esta cosa de ser abiertos sobre nuestra relación. Llevamos 11 años casados y después de un tiempo tuvimos que hacer esto para salir de la rutina. Porque se estaba volviendo aburrido tener sexo sólo con mi esposa, así que tuvimos esta idea.
Y para empezar decidió llamar a su amiga, que ya había estado en clubes de intercambio de parejas y de momento estaba soltera. Y ella aceptó hacerlo, y como yo también tenía un amigo muy travieso, le dije que aceptaría llamarlo para que le penetrara el coño y el culo. Y ya que iba a ser cornudo, por lo menos quería hacer que mi mujer lo fuera primero y accedió a llamar a su amiga. Y cuando llegó esta hermosa rubia me emocioné mucho porque tenía unos pechos enormes y perfectos.
Entró y le ofrecí un poco de whisky, nos bebimos casi media botella y mi mujer dijo que era hora de empezar. Entonces cada uno se sentó a mi lado y los dos me bajaron la cremallera de los pantalones y sacaron mi gran polla. Estoy realmente bien dotado, tengo un pene de 22 centímetros y sigue siendo grueso. Yo estaba muy excitado y mi mujer sacó sus pechos y los frotó contra mi cara, luego su amiga hizo lo mismo y se me puso una erección enorme. Frotó sus enormes pechos contra mi boca y casi me corrí.
Y esta rubia traviesa se sentó entonces en mi regazo poniéndome aún más cachondo. Le sujeté los pechos y mi mujer le dio una palmada en el culo. Entonces esta rubia traviesa empezó a besar a mi mujer, la tiró en el sofá y empezó a chuparle el coño. Ella miró hacia atrás y me dijo que le penetrara el coño. Estaba loco de lujuria y empecé a sujetar su cintura y a penetrar su jugoso coño con mi pene.
Después de eso me tiró en el sofá y se levantó, se acercó y frotó su coño contra mi boca y me dijo que la chupara. Mi mujer también se levantó y empezó a besarla y a chuparle las tetas. Entonces mi mujer empezó a sentarse sobre mi polla mientras la rubia le besaba la boca. Y al final se pusieron de rodillas y me pidieron que me corriera en sus bocas, se dieron un verdadero baño de leche fresca. Estas putas me dejaron muy excitado y además tuvieron un orgasmo muy sabroso.
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