Tuve sexo con 2 amigos de mi marido dentro del baño y disfruté sabroso. Me llamo Alice, tengo 34 años y soy una rubia muy traviesa. De hecho no soy traviesa, pero me gusta mucho el sexo, un sexo muy sabroso. Y últimamente mi marido no es capaz de darme un buen sexo debido a las prisas del día a día. Consiguió un nuevo trabajo y ahora gana más dinero. Pero por otro lado ya no encuentra el tiempo como antes para excitarme en la cama, siempre acaba cansándose demasiado. Así que empecé a quedarme sin momentos de sexo.
Al principio tuve que resolver este problema yo mismo, me compré un enorme pene de goma para masturbarme. Pero estaba cansada de masturbarme siempre, quería un pene de verdad dentro de mí. Un día me puse una lencería muy provocativa, me di una buena ducha, me perfumé y esperé a mi marido. ¿Sabes lo que pasó ese día? Llegó a casa con compañía, dos amigos del trabajo a los que había llevado a cenar sin decírmelo. Me puse rápidamente el albornoz y me sentí muy molesta.
Fue el día que pudimos tener un momento de sexo, pensé que esta noche iba a tener sexo caliente. Pero acabé sorprendida por mi marido, que ahora sólo piensa en el trabajo. Cogió a estos amigos de la empresa porque le ayudaban en una tarea, para compensar quería invitarles a una cena. Ni siquiera los llevó a un restaurante, tuvo que traerlos a casa. Yo estaba extremadamente molesto, fui a hacer la cena ya que tenía 2 personas más para acompañarnos. Mi marido dijo que estaba muy cansado y que se iba a duchar y me pidió que sirviera a sus amigos.
Se fue al baño y yo me enfadé mucho, serví 2 tazas de café y fui al salón a dárselo a los 2 invitados. Eran jóvenes fuertes que lograron darme un poco más de calor y encontré la oportunidad de tener un sexo muy sabroso. Como ya tenía puesta la lencería, me apresuré a abrir mi bata y mostrar mi lencería a los dos chicos. Uno de ellos incluso escupió el café en el suelo y se quedó paralizado mirándome. El otro, más tranquilo, se levantó y se acercó a mí diciendo que estaba muy caliente y travieso.
Les dije que mi marido tardaría unos 25 minutos en la ducha. Y eso nos daría tiempo para tener un sexo rápido y que nunca tuvieran una oportunidad como esta. Me puse a cuatro patas en el otro sofá y les mostré mi gran culo. Dejaron los cafés a un lado y se me echaron encima. Pusieron sus manos en mi culo y uno de ellos sacó su pene. Y empecé a chuparla sabrosamente, el otro más temeroso también decidió coger la suya y metérsela en la boca. Estuve chupando a estos dos bribones dejándolos muy excitados en mi habitación.
Mi marido me pidió que los cuidara bien y eso es lo que estaba haciendo. Como teníamos que ser rápidos le pedí a uno de ellos que se sentara en el sofá y ya estaba encima de su enorme polla. Empecé a revolcarme sin creerme que por fin estaba teniendo sexo de verdad. Me senté con facilidad y tomé el pene del otro tipo y estuve chupando sabroso dejándolo muy excitado. Entonces me puse a cuatro patas y uno de ellos me penetraba el coño mientras el otro me metía el pene en la boca. Todo esto duró unos 15 minutos y fue suficiente para que tuviera un orgasmo muy sabroso e intenso. Luego me puse la bata y fingimos que no pasó nada.
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