Me desperté cachondo de madrugada y penetré a mi bella esposa. Mi nombre es Rafael, tengo 36 años, estoy casado con una hermosa mujer llamada Angela, una hermosa morena que posee un culo muy grande y caliente. Nuestro sueño es tener un hijo y por eso practicamos mucho para que esto suceda. Tenemos sexo todo el tiempo, y estoy loco por mi esposa, estoy muy caliente por ella, y si fuera por mí, tendríamos sexo todos los días.
La cosa es que mi pene es bastante grande, mide exactamente 24 centímetros. Y mi esposa no puede tener sexo todos los días, ya que dice que cuando tenemos sexo siempre le duele el coño. Así que no todos los días me deja penetrar su coño y su culo caliente. Y la pendeja me deja entrar un poquito, porque si no no puede ni caminar derecha al día siguiente, esas son las desventajas de estar casada con un hombre que tiene pene de caballo.
Pero un día amaneció, sábado por la noche, habíamos visto una película toda la noche y ella se durmió. Pero continué, no tenía sueño ese día, y esa mañana hacía mucho calor. Y mi mujer tiene la costumbre de dormir en calzoncillos los días de mucho calor. Miré hacia un lado y ahí estaba ella acostada con su enorme trasero al aire, me emocionaba muchísimo. Dejé de mirar la televisión y comencé a mirar el enorme trasero de mi esposa.
Estaba empezando a excitarme más y más y terminé sacando mi pene con mucha fuerza. Estaba mirando ese enorme culo de mi lado y comencé a acariciarla. Y mi pene se estaba poniendo cada vez más duro, así que no pude resistirme, puse sus bragas a un lado y comencé a penetrar su coño caliente muy lentamente. Ella ni se movió, seguía durmiendo y yo me penetraba la mitad del pene y lo sacaba muy despacio para no despertarla.
Me excité más y más y apreté el culo caliente de mi esposa hasta que se despertó. Le dije que mantuviera la calma y disfrutara el momento y me dejara terminar el trabajo. Y ella seguía acostada y seguía gimiendo suavemente diciendo que estaba demasiado caliente, y eso me excitó aún más y estaba penetrando con más fuerza y todo mi pene dentro de ese coño travieso. Y ella gimiendo caliente y diciendo todo el tiempo que piensa que yo también estoy caliente.
Me monté encima de mi esposa y la estaba penetrando aún más fuerte y ella gritaba de placer. Mi pene entró muy fuerte y estuve a punto de correrme, tuve una corrida muy caliente. Y tuve que aguantar y seguir empujando fuerte hasta que llegó mi esposa también. Se emocionó mucho y luego se volvió a dormir, y yo dormí demasiado bien después de ese sexo nocturno. ¿Y alguna vez has tenido momentos como este con tu pareja durante las noches? Estoy seguro de que algún día disfrutará que la despierten así.
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