Tuve sexo con 2 gringas tetonas de California que me pusieron locamente cachonda. Mi nombre es Ignacio, pero todos me conocen como Nacho, trabajo como jefe de seguridad de un gran club nocturno aquí en el centro de Cancún. Como sabes, la ciudad no duerme aquí, y especialmente durante las vacaciones de primavera, las cosas se calientan por aquí y si has estado aquí en ese momento, sabes de lo que estoy hablando.
Como soy el jefe de seguridad de esta gran discoteca, gano mucho dinero y también tengo algunas ventajas como follar con varias mujeres maravillosas. Porque muchos hacen todo lo posible por entrar aquí gratis y beber lo que quieran. Y cómo el dueño de la discoteca confía mucho en mí y le gusta mi trabajo. Aquí me deja hacer de todo y a él ya mí nos gustan mucho las mujeres y lo disfrutamos mucho ya que aquí somos los reyes.
Pero recientemente terminé teniendo la mejor experiencia de mi vida, pensé que había hecho todo con mis 8 años trabajando en este club. Pero hace 3 semanas tuve el mejor sexo de mi vida, fue con dos gringas de California. Uno se llama Ambre y el otro Julia. Dos preciosas rubias maravillosas, tetonas y culazos eran preciosas. Vinieron a disfrutar un poco de México y pasar unas vacaciones. Entraron, compraron las mejores bebidas y se divirtieron.
Hasta que las vi y me interesó mucho, me encantan las gringas y estas dos de 24 años me estaban excitando. Me acerqué y tomé el mejor vodka que tenía en el club, me presenté y comenzamos a hablar. Soy una morena barbuda muy fuerte y encantadora, uso ropa de marca y por eso las mujeres se interesan mucho. Y así fue con estas rubias, querían divertirse y encontraron a la mexicana adecuada.
Terminé llevándolos a los dos a mi casa, estábamos muy borrachos y estos dos comenzaron a quitarse los vestidos cortos. Me emocioné mucho al ver esos enormes pechos que restregaban en mi cara excitándome mucho. Luego estaban en la cama a cuatro patas, y yo les estaba chupando el coño a cada una de ellas. Saqué mi pene y las zorras empezaron a chuparme haciéndome muy feliz, también lo eran porque mi pene era muy grande. Después de chupar mi pene uno a la vez, comenzó a sentarse encima de él.
Tiré del cabello de las rubias traviesas, les di una bofetada en la cara y les di duro en el culo. Y mi pene entró con fuerza y brutalidad, nunca habían tenido sexo salvaje como lo fue conmigo. Se emocionaron mucho y se divirtieron mucho, acabamos durmiendo juntos y el otro día muy temprano les volví a penetrar el coño a los dos. Los llevé al baño y allí me chuparon el pene y me corrí en sus bocas, luego se fueron con esta noche maravillosa.
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