Amenacé con despedir a la criada y ella me dejó follarle el culo. Si tienes una empleada y realmente quieres follarla, amenaza con echarla. Hice eso y funcionó muy bien, asusté a la chica traviesa y decidió dejarme follar su lindo y apretado culo. En esta crisis mundial, todo el mundo necesita un trabajo, y ella lo necesitaba desesperadamente. Su nombre es Natalia, tiene 35 años y trabaja como empleada doméstica en mi casa.
Mi nombre es Rodrigo, tengo 49 años y vivo en Guadalajara, tengo una hermosa familia con una hermosa esposa y 2 hijos. Pero aún así, aunque tengo una hermosa esposa, disfruto tener sexo con otras mujeres. Y Natalia siempre usaba pantalones muy ajustados y eso me excitó mucho y con el tiempo me volví travieso con ella. Siempre le pegaba en el culo, le besaba la cara, intentaba agarrarla. Pero ella está casada y no quería tener nada que ver conmigo porque quería ser siempre fiel a su marido.
Pero entonces uno de estos días le dije que ya no necesitaba venir a trabajar aquí en casa. Porque quería otra sirvienta, porque me gustaba a veces tener sexo con ellas y como ella no lo quería para mí, ya no funcionó. Y también dije que el sexo no sería gratis, ella sería muy bien recompensada como todas las demás. Así que le di el último sueldo con un aguinaldo y me despedí. Empezó a llorar y me fui a mi compañía.
El otro día ella estaba allí, yo siempre voy a trabajar más tarde. Tengo una empresa y mi esposa me ayuda, ella siempre llega temprano porque le gusta trabajar temprano. Voy un poco más tarde porque también me gusta quedarme hasta tarde ya que soy el dueño. Y cuando fui a desayunar estaba Natalia, entonces le pregunté si entendía que la despedía. Y ella me sorprendió, dijo que no se iba a ir y que el trabajo seguiría siendo suyo.
En ese momento Natalia empezó a quitarse la ropa y yo me quedé ahí sentado emocionada viéndolo todo. Entonces ella se acercó, me sacó el pene y empezó a chuparlo muy rico. Yo le acariciaba el pelo mientras ella me chupaba lentamente de forma muy placentera. Luego dijo que necesitaría mil dólares para hacer una fiesta de cumpleaños para su hijo. Sonreí y dije que haría la transferencia ese día y ella vino sentándose en mi pene y besándome la boca.
La puse sobre la mesa y acaricié sus pechos y penetré su coño con fuerza. Luego estaba chupando su coño caliente y lamiendo su culo apretado, le pregunté si podía penetrarlo y ella dijo que sí. Entonces mi pene empezó a entrar en el culo de Natalia y ella gemía como una puta, me corrí intensamente y me puse manos a la obra. Luego le hice la transferencia de mil dólares y le puse muy feliz a la traviesa. Y ahora es mi puta y todas las mañanas tenemos sexo muy caliente e intenso por toda la casa.
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