Soy fisicoculturista y tuve sexo con mi entrenador gay

Soy culturista y tuve sexo con mi entrenador gay. Les estaré contando todo sobre ese hermoso día que le penetré el culo a mi entrenador muy rico. Mi nombre es Luiz, tengo 26 años y vivo en Guadalajara. Trabajo en un gimnasio de musculación aquí en mi ciudad, y también comparto mi tiempo entrenando para competencias de musculación. Y quien me ayuda es Jorge, mi entrenador y dueño del gimnasio de musculación donde trabajo y entreno.

Como tengo un cuerpo muy bonito cuando entreno, mucha gente mira mi cuerpo. Tengo brazos fuertes, pecho musculoso y abdomen perfecto. Entreno para ser culturista durante 2 años y mi entrenador siempre me ayuda mucho. Y un día no pudo resistir el deseo que sentía por mí. Es gay, está casado con otro hombre y siempre me ha respetado. Nunca intenté tener nada conmigo que no fuera la relación empleado-jefe.

Pero un día estaba entrenando aquí en el gimnasio y hacía mucho calor. Como solo éramos Jorge y yo, decidí quitarme la camiseta y los shorts, solo estaba en traje de baño y continué con mi entrenamiento. Pero cada vez que miraba a Jorge estaba muy emocionado mirándome. Luego dejé de mirarlo porque estaba empezando a sentirme realmente avergonzado. Y una vez estaba haciendo sentadillas con pesas y él vino por detrás y me golpeó el trasero.

Soy fisicoculturista y tuve sexo con mi entrenador gay

Le di una sonrisa tímida y continué entrenando, pero él quería más. Luego se acercó y comenzó a quitarse la ropa, dijo que tenía calor y quería estar tan a gusto como yo. Sin embargo, no solo se quedó en ropa interior, terminó completamente desnudo y siguió entrenando. Confieso que a veces me quedé mirando su culo, que es realmente grande y delicioso. Y en un momento me vio mirando y me preguntó si quería ponerle la mano encima.

No me pude resistir, me acerque mucho y comencé a poner mi mano en su gran trasero. Estaba gimiendo y me pidió que le metiera el dedo en el culo. Obedecí y seguí poniendo mi dedo en su trasero haciéndolo muy excitado. El bastardo gemía y mi pene se ponía cada vez más duro hasta que no pude contenerme más y comencé a meter mi pene en su culo. Entonces el bastardo gimió aún más y seguí penetrando su delicioso culo.

Todo se volvió más intenso y más caliente y mi jefe dijo que quería sentarse en mi polla. Me acosté en una colchoneta en el suelo y empezó a sentarse en mi polla. Terminé besando su boca y él estaba rodando sobre mi pene cada vez más. Me emocioné mucho y terminé corriéndome en el culo de mi jefe bastardo gay. Estaba extremadamente emocionado y después de ese día nunca dejamos de tener sexo en su gimnasio.