Dejé que mi amigo me pagara $300 para follarme a mi esposa. Necesitábamos dinero y no pude negarme, mi esposa también quería tener sexo con él. Como estoy enamorado de ella, era mejor aceptar el dinero porque ella tendría sexo con él sin que el cabrón tuviera que pagar nada. Mi nombre es Rodrigo, y realmente soy un cornudo, y lo acepto porque amo mucho a mi esposa. Al principio fui yo quien la engañó, pero luego ella se vengó de mí y disfrutó haciéndolo.
Terminé enterándome pero no pude hacer nada porque ella me engañó la primera vez con un policía. Así que tuve que dejar que siguiera follando con mi mujer, porque si me peleaba con él me podían arrestar. Y mi esposa ahora hace esto todo el tiempo, y no puedo divorciarme de ella. Sobre todo porque sus padres dejarán una herencia muy grande, así que tengo que soportar estas humillaciones, y está el hecho de que amo tanto a mi esposa y no puedo vivir sin ella.
Mi amigo se llama Javier, al menos yo pensaba que era mi amigo. Pero un día descubrió que mi esposa me estaba engañando. Y tuvo el descaro de ofrecerme $300 por tener sexo con ella. Terminé peleando con él, pero ese día le hizo esta oferta a mi esposa y ella me dijo que la aceptara. Y que el dinero podía quedarse para mí, como ella le haría esto gratis, pensé que lo mejor era aceptar el dinero. Pero desde ese momento supe que Javier ya no era mi amigo, porque ningún amigo quiere follar con la mujer de otro.
Y llegó el día, era después del trabajo que llegué a casa y él estaba bebiendo vino con mi esposa. Me entregó el dinero y se fueron a la habitación, y yo no pude callarme, seguí mirando por el ojo de la cerradura. Y fue la primera vez que vi a mi esposa engañándome, y no estaba enojado, de hecho estaba emocionado porque también era la primera vez que veía a dos personas teniendo sexo frente a mí.
Javier estaba chupando el coño de mi esposa y ella estaba acariciando sus grandes pechos. Luego estaba metiendo el pene dentro de su coño. La traviesa gemía como una puta y yo comencé a excitarme y no a enfadarme. Saqué mi pene y comencé a masturbarme viendo a Javier follar a mi amada esposa. Tenía un pene mucho más grande que el mío y estaba penetrando su coño muy fuerte. Entonces la traviesa empezó a rodar sobre su pene y lo hizo de una manera muy caliente.
Entonces Javier le pidió a mi esposa que se pusiera a cuatro patas y yo decidí filmarlo todo con mi celular. No fue un video muy bueno, pero pude filmarla a cuatro patas dejando el pene de mi amiga entrando en su coño. Y se corrió, así es, en menos de 15 minutos de sexo se corrió en su coño, fue muy rápido, ella se decepcionó y él no pudo volver a mantener su pene erguido. Y yo me reía mucho, cuando salió de la habitación le dije que nunca le dijera a nadie que se folló a mi mujer, si lo hiciera le diría que no aguantó ni 15 minutos verdad.
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