Hola mi nombre es Roberta tengo 26 años y les quiero contar una experiencia que tuve en mi ciudad en el interior de Espirito Santo. De una experiencia muy traviesa que me pasó hace unos años. Mi esposo trabajaba mucho como guardia de seguridad y pasaba mucho tiempo fuera de casa. Y eso me estaba volviendo loco porque me encanta el sexo y como hacía días que no practicaba sexo terminó haciéndome trepar por las paredes.
Así que una noche no pude más, pedí una pizza y no pude contener la calentura que estaba sintiendo. Entonces llegó el repartidor de pizza justo cuando estaba viendo un pequeño video porno en mi teléfono. Esto me conmovió mucho y no pude resistirme a ese moreno alto con cara de travieso. Lo llamé y el sinvergüenza incluso se me insinuó diciendo que tenía un trasero muy caliente. Eso es porque me puse el pijama más corto que tenía solo para burlarme de él.
Luego se acercó mucho y puso su mano en mi trasero y me asusté. Cerré la puerta y le pedí que se quitara la mochila y la ropa. Rápidamente se quitó toda la ropa y me agarró así que me quité la pijama y el bastardo me tiró en el sofá. Luego comenzó a darme golpes intensos en mi coño volviéndome loco. Casi me corro solo en esos deliciosos lenguados.
Realmente tuve sexo con el repartidor, el cabrón me puso caliente en el sofá y me estaba chupando todo. No podía creer que tuve sexo con el repartidor, y luego apareció el primero. Pero no quería pensar demasiado, solo disfrutar ese momento cuando un hombre finalmente me estaba tocando. Porque ha pasado casi 1 mes desde que mi esposo ni siquiera me besó en la boca y me estaba poniendo muy enojado.
Entonces este bastardo entregado vino y me puso caliente chupándome el coño y follándola con presión. Después de haber ganado unos buenos soles quiso meterse en mi coño con una polla. Y terminé tomando mucho pene en ese coño que estaba todo desordenado.
Vas a flipar al final de esta historia sobre el día que tuve sexo con el repartidor. El cabrón me comió bien rico y me dejó toda mojada en el sofá de la sala. Por eso mi marido no me comía sabroso cuando yo quería. No hizo su tarea y la dejó para que la hiciera el repartidor de pizza.
Y mi esposo hasta el día de hoy sigue trabajando como loco por la noche. Y me quedo aquí variando mi menú ifood. Donde todos los días tomo a un repartidor diferente y hago que me folle por todas partes hasta que pueda satisfacer mi antojo de polla. Quién sabe, un día puede que el repartidor no seas tú.
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