Perdí la noción del peligro y tuve sexo con la atractiva esposa del dueño de un cartel mexicano. Acabo de trabajar como limpiador de piscinas en la mansión enorme que compró mi jefe, tiene varias y me enteré que era el jefe de un pequeño cartel aquí en México, pero de todos modos, grandes o no, todos son muy peligrosos. Pero como realmente necesito el dinero, estuve trabajando allí todo el tiempo, limpiando la piscina y recortando el dinero. Y su esposa comenzó a mirarme mucho. Soy un mexicano muy guapo y fuerte, por eso llamo la atención.
Y cada vez que limpiaba la piscina, su esposa venía a broncearse y solo usaba un diminuto bikini. E incluso accidentalmente seguí mirando ese cuerpecito caliente y me imaginé teniendo sexo con esa hermosa mujer. Pero no podía dudar porque era demasiado peligroso meterse con una mujer casada, y mucho menos con esta. Pero ya sabes, la tentación a veces es más fuerte y terminé sin poder mantener mi polla en mis pantalones. Y como mi jefe siempre viajaba terminé rindiéndome al encanto y cachonda de ese bombón maduro.
Un día me gritó que había una cucaracha en su habitación y me pidió que fuera a matarla. Cuando llegué la madura traviesa estaba desnuda en la cama esperándome. En ese momento se me subió el pene y me emocioné mucho al ver desnuda a esa hermosa mexicana de 30 años.
Pero recordé quién era su esposo y ya estaba muy asustada. Luego se acercó a mí, me abrazó y empezó a besarme. Y dijo que necesitaba tener sexo con ella, porque de lo contrario le diría a su esposo que la estaba mirando demasiado. Y no tuve elección y terminé follándome a esta perra.
Y como decía tuve que joderme a la mujer del dueño del cartel y arriesgar mi vida. Y luego me quité la ropa y dejé que la traviesa esposa cayera en mi pene y me hiciera una mamada muy sabrosa e intensa. Y la traviesa estaba cachonda chupándome el pene excitándome mucho. Y en poco tiempo todo mi miedo se fue y dio paso a una enorme y muy sabrosa cachonda. Y después de que esta perra me chupara la polla, la arrojé sobre la cama y comencé a chupar sus grandes y deliciosas tetas y su delicioso coño.
La traviesa gemía mucho mientras yo chupaba intensamente ese coño perfecto y caliente todo depilado. Y fui tras meter un poco más mi pija en la boca de la perra y llegó el momento que tanto deseaba. Mi pene entraba sabroso dentro de su coñito caliente y la traviesa gemía muy cachonda. Pero luego le ordené que gemiera más bajo para que los soldados de mi jefe no la escucharan en esta intensa queja. Porque mi vida podría estar en peligro, y ella se calló porque realmente quería que continuara con el sexo.
Este travieso estaba sentado sabroso en mi polla haciéndome delirar de lujuria. Yo estaba muy emocionado y rodó más y más sabroso en mi polla. Luego frotó esas grandes tetas en mi boca mientras yo penetraba su delicioso coño.
Y después de eso ella terminó viniendo y yo también. Y así tuve sexo con la esposa del dueño del cartel. Después de ese día nunca más volví allí, me mudé a otra ciudad y hoy vivo una vida tranquila libre de peligros como ese. Pero todavía recuerdo a esta chica traviesa caliente.
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