Dominación con mi ardiente novia

Estaba deseando pasar otro fin de semana con mi ardiente novia. Sabía que lo que estaba por venir sería diferente a otras veces, ya que estábamos experimentando la dominación con mi ardiente novia. Ella me había contado sus fantasías y yo estaba ansioso por cumplirlas.

Nada más llegar me dio un beso y me dijo que estaba lista para empezar nuestra noche. Fuimos al dormitorio y me dijo que me tumbara en la cama. Comenzó a acariciarme y besarme, haciéndome sentir completamente relajado. Empezó a pasarme los dedos por todo el cuerpo, excitándome cada vez más.

Entonces empezó a besarme más intensamente, mientras su mano se deslizaba hacia abajo. Cogió mi polla y empezó a presionarla, volviéndome loco de lujuria. Deslizó sus labios por todo mi cuerpo, besando y acariciando cada parte.

Dominación con mi ardiente novia

Después de volverme completamente loco de deseo, comenzó a dominarme. Cogió unas esposas y me ató en la cama. Luego comenzó a burlarse de mí, lamiendo y besando todo mi cuerpo. Utilizó su lengua para torturarme y ponerme aún más cachonda.

Luego sacó un vibrador y empezó a estimularme, haciéndome perder el control. Siguió estimulándome, haciéndome alcanzar la cima del placer. Me cogió la polla y empezó a masturbarme, haciéndome llegar al orgasmo.

Después cogió otro vibrador y empezó a estimularme de nuevo. Ella me complació en la dominación con mi novia caliente, haciéndome más y más caliente. Sujetó mi polla y la estimuló contra el vibrador, haciéndome alcanzar la cima del placer.

Cuando por fin llegué al orgasmo, me soltó de las esposas y me abrazó. Nos quedamos así unos minutos, besándonos y abrazándonos. Entonces empezó a besarme de nuevo, poniéndome cachondo otra vez.

Después me tumbó en la cama y empezó a cabalgarme. Empezó a moverse lentamente, excitándome cada vez más. Me miró a los ojos, me besó y me acarició, haciéndome sentir dominado por mi ardiente novia. Continuó estimulándome, haciéndome alcanzar la cima del placer.

Cuando por fin alcancé el orgasmo, se tumbó sobre mi regazo y empezó a besarme. Nos quedamos así unos minutos, abrazados y besándonos, saboreando el momento. Luego se levantó y me dio un último beso, dejándome con la sensación de dominación de mi ardiente novia.