Fui al baño y terminé teniendo sexo con mi suegra, una mujer madura de 47 años que estaba en el baño y terminó olvidándose de cerrar la puerta. En ese momento mi mujer todavía estaba en el trabajo, como llego temprano siempre me quedo al menos 2 horas solo en casa. Pero ese día mi suegra estaba pasando sus vacaciones allí, y se quedaría una semana en mi casa. Es una mujer rubia, de pelo corto, sus pechos también son bastante pequeños. Es delgada y tiene un culo muy bonito, redondo y perfecto, y eso llama la atención de cualquier hombre al que le guste una mujer madura y caliente.
Y yo ese día cuando abrí la puerta para entrar y darme una buena ducha después de un largo día de trabajo me encontré con mi suegra desnuda. Estaba terminando de quitarse las bragas y se disponía a entrar en la ducha. Ella me vio y miró hacia atrás, me quedé paralizado mirando su culo y luego sus calientes pechos y su coño. Yo no podía moverme y seguía mirando y ella medio avergonzada se ponía las mejillas rojas. Me excité y me acerqué a ella y mientras se quedaba mirándome la besé.
Cuando le besé la boca me abrazó, así que empecé a poner mi mano en su enorme culo y a apretarlo muy fuerte. Me miró y me dijo que siempre había querido hacer eso. Y que a pesar de estar mal al menos una vez en su vida quería probar mi pene. Continuó diciendo que ya me había visto cambiándome de ropa y que nunca lo había olvidado. En ese momento la puse de espaldas y le pedí que se pusiera a cuatro patas en el suelo. Ella se quedó y yo saqué mi pene, me arrodillé y en primer lugar estuve chupando su caliente y carnoso coño y besando su culo.
Entonces comencé a penetrar mi gran polla dentro del coño de mi suegra. Ella ya gritaba que estaba muy caliente y me pedía que me corriera con fuerza. Empecé a machacar su culo y a apretarlo aún más fuerte, mientras ella gemía y me decía que la siguiera penetrando más fuerte. Tenía un bonito culo blanco que se estaba poniendo rojo y con las marcas de mi mano. La estaba machacando con fuerza y penetrando su carnoso y rosado coño sin adornos. La safada después se tumbó en el suelo con el culo levantado y me pidió que cavara más profundo.
Y yo estaba encima penetrando aún más fuerte mi polla dentro de su caliente coño. Después nos tumbamos sobre nuestros regazos y empecé a agarrar sus sabrosos pechos mientras mi polla seguía entrando en su coño. La traviesa en ese momento comenzó a acariciar su coño diciendo que casi se iba a correr. La penetré cada vez más intensamente y me dijo que quería sentarse encima de mí. Me tumbé y ella se puso encima de mí y se revolcó sobre mi polla y siguió besando mi boca. Le apreté el culo y se quedó sentada sin florituras.
Acabé corriéndome antes que ella, pero aguanté y ella siguió sentada sobre mi polla. Después de estar sentada unos 10 minutos más terminó teniendo un orgasmo muy agradable. Nos duchamos juntos y pasamos al salón para ver la televisión. En ese momento mi pene se puso duro de nuevo y ella empezó a chuparme la polla, sólo paró porque llegó mi mujer y tuvimos que fingir que no había pasado nada. Tuvimos sexo toda la semana hasta que ella volvió a su ciudad.
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