Fui a jugar a los videojuegos a casa de mi amigo y me acosté con su madre. Me llamo Juan, tengo 19 años y vivo en Guadalajara. Donde vivo al lado vive Jorge, mi mejor amigo y lo conozco desde que éramos niños porque sus padres son amigos de los míos ya que siempre han sido vecinos. Y siempre iba a su casa, prácticamente todos los días voy allí y él viene aquí a casa. Y cuando me hice mayor empecé a mirar a su hermosa madre con otros ojos. Su nombre es Carmen, una hermosa morena con grandes pechos perfectos y un hermoso culo.
Una mujer perfecta y madura, a sus 43 años sigue estando más buena y guapa que muchas jóvenes de mi edad. Pero el problema es que está casada y sigue siendo la madre de mi mejor amigo, pero un día todo cambió y os voy a contar cómo ocurrió. Un día como de costumbre fui a casa de mi amigo, y tengo la costumbre de llegar entrando sin llamar a la puerta, siempre entro por las puertas de atrás porque la vivienda en esta parte está rota y así puedo pasar a la casa de al lado fácilmente. Y tengo la costumbre de llegar entrando como si viviera allí.
Entré como siempre y busqué a Jorge por todas partes y no lo había encontrado, sólo faltaba el baño. Como su madre y su padre trabajan todo el día, se queda solo en casa, o bien con su novia. Y pensé que estaba en el baño así que quise asustarlo y abrí la puerta para gritarle, pero no era él el que estaba en el baño sino su madre y para colmo estaba desnuda. Y me quedé paralizado mirando esos maravillosos y grandes pechos y su coño totalmente depilado. Mi pene se puso duro al mismo tiempo y ella se dio cuenta de lo grande que era.
Pensé que la señora Carmen se iba a pelear conmigo pero me sorprendió, se acercó mucho y me dio un beso en los labios. Y yo decidí corresponderle y le sujeté la cintura y seguí besando su hermosa y caliente boca y fui más allá y empecé a agarrarle los pechos. La traviesa gemía suavemente y me sacó el pene, se arrodilló y empezó a chupármelo y yo gemí fuerte porque era muy sabroso. Le pregunté dónde estaba Jorge y me dijo que se había ido a casa de su novia y que ella había llegado temprano del trabajo.
Después de chuparme la polla la traviesa se levantó, me cogió de la mano y me llevó al salón donde me tiró en el sofá. Luego se sentó en mi regazo y encajó su coño caliente en mi polla y comenzó a sentarse muy sabroso. Ella frotó sus grandes y hermosos pechos contra mi boca y yo los chupé mientras se sentaba sobre mi polla y me llamaba travieso. Después se puso a cuatro patas y empecé a darle por el culo y a penetrar con mucha fuerza mi polla en su caliente coño. Ella gimió y me llamó jovencito mientras mi polla entraba en ella con fuerza.
Acabé corriéndome y ensuciando su coño con leche fresca. Tuve que esperar unos minutos y descansar un poco. Y me mató de placer cuando siguió frotando sus grandes tetas contra mi polla. Luego vino sentada de nuevo y yo estaba chupando esas sabrosas tetas y dándole palmadas en el culo. Y finalmente tuvo un maravilloso orgasmo y gritó de lujuria. Luego me dijo que me fuera porque su hijo podría venir ya. Fui y me quedé toda la noche pensando en este delicioso momento de sexo con la madre de mi mejor amigo. Y después de ese día confieso que tuvimos sexo otras veces.
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