Gané 350 dólares por mi primer sexo anal. Mi nombre es Luna, tengo 20 años y comencé a trabajar en una agencia de telemercadeo aquí en Guadalajara. Es una empresa muy grande donde nuestra función es estar llamando todo el día tratando de vender los productos de la empresa. Es un buen trabajo, llevo 2 meses aquí y lo disfruto mucho. Y quien coordina este equipo de 50 mujeres es el Sr. Gusman, es un hombre de 45 años, un poco viejo, pero aún muy encantador.
Es muy serio, creo que es por su puesto de entrenador. Por eso no nos habla mucho, sobre todo de cosas que no implican trabajo. Nunca nos habla de su vida personal en absoluto. Pero un día estábamos desayunando y estaba hablando con mis amigos y diciendo que nunca había tenido sexo anal. Y como estábamos distraídos, no vimos al señor Gusman pasar detrás de nosotros. Luego dijo que no se hablara de sexo durante las horas de trabajo.
Estaba asustado y avergonzado por dejarle escuchar este secreto mío. Y horas después me llamó a su oficina, me asusté pensando que me iba a despedir. Y cuando entré me dijo que cerrara la puerta con llave, le obedecí y me senté en la silla frente a él. El Sr. Gusman comenzó a decir que lo que dije era inaceptable, y si fuera otra persona me habría despedido. Pero mi suerte fue que yo era muy guapa y que a él le gustaba mucho el sexo anal.
Me sorprendió mucho su revelación y él me sorprendió aún más. Dijo que como yo era virgen y nunca había practicado sexo anal, estaba dispuesto a darme $350 para que lo dejara penetrar mi ano. Y me dijo que tendría que ser discreto, y que si aceptaba me daría el dinero en ese momento. Estuve pensando en ello y me dijo que volviera al trabajo, lo pensara más y al final del día fuera a su oficina y le hablara de mi decisión. Sabía que si me negaba me podían despedir y aún ganaría mucho dinero, así que decidí aceptarlo.
Cuando ya todos se estaban yendo fui a la habitación de Gusman. Le dije que lo aceptaría y el cabrón ya sacó 350 dólares de la caja fuerte de su oficina y me los entregó. Me quedé con el dinero y pregunté cuándo lo íbamos a hacer, él ya se estaba quitando la ropa y dijo que sería en ese momento. Me asusté y dije que tenía que irme a casa al menos a darme una ducha. Pero él quería en ese momento, así que tuve que quitarme la ropa, me acosté en el sofá de su sala y me chupó los senos y el coño. Entonces me puse a cuatro patas y me empezó a lamer el culo.
Y de repente el Sr. Gusman empezó a meter su pene muy lentamente dentro de mi culo. Y los primeros 5 minutos fueron de un dolor intenso, casi lloro porque me dolía mucho. Pero siguió acariciando mi coño mientras penetraba mi culo. Y con el tiempo se estaba poniendo muy sabroso y él estaba penetrando aún más fuerte y se corrió en mi culo. Le pedí que siguiera y con mucho esfuerzo me fue penetrando el culo y me masturbé hasta correrme muy sabroso. Ahora soy su puta y cada semana me llama a su oficina para follarme el culo.
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