Hola, me llamo Julia, tengo 24 años y divido mi vida entre ser modelo y prostituta de lujo. Soy una hermosa rubia delgada con ojos claros y cuerpo perfecto. Y como todo el mundo sabe, algunas modelos llevan una vida paralela entre los desfiles en las pasarelas y el sexo con ricos empresarios que nos pagan un buen dinero a cambio de noches de placer. Y la mayoría de nosotros siempre lo hacemos, a decir verdad.
Y quiero contarte una experiencia loca que tuve con un viejo lleno de dinero. Era dueño de una marca de ropa para la que yo modelaba y me pagaba un extra por ir a cenar a su casa. Y fui, me puse la mejor ropa que tenía y fui a encontrarme con este viejo rico. Cuando llegué a su casa me sorprendió, realmente muy grande y hermosa. Y bajó sólo en ropa interior y con esposas y un látigo en las manos.
Los sirvientes aún estaban en la casa y trajeron un champán muy caro y me lo sirvieron. Me dio un poco de vergüenza y le pregunté si podíamos ir a su habitación. Y me dijo que no, que tendríamos sexo allí mismo en el salón, y le pregunté por los criados y les dijo que se fueran. Y ya me estaba quitando la ropa y en cuanto estuve completamente desnudo me dijo que me pusiera las esposas.
Y el viejo cabrón me chupaba las tetas sabrosamente y me besaba la boca, luego me daba la vuelta y me mordía y me sujetaba con las esposas. Y entonces me tiró del pelo con fuerza y me estaba llamando puta mientras me golpeaba en la cara y me decía que era un sadomasoquista y que iba a hacer un brutal anal con él. Me asusté mucho y le dije que no quería tener más sexo con él. Y el cabrón empezó a reírse y ya se estaba sacando la polla.
Y traté de salir de todas las maneras, pero no pude quitarme las esposas. Y volvía a tirarme del pelo, y me untaba un poco de aceite en el culo y empezaba a penetrar su polla tan fuerte como podía. Gritaba mientras me tiraba del pelo y me penetraba sin tapujos. Aunque era viejo, tenía una polla muy grande y me hacía daño en el coño. Estaba poniendo su pistola con toda su fuerza y yo estaba magullado.
Me dolía mucho el culo después de este brutal anal. Tras penetrarme con toda su fuerza, se corrió en mi culo y me dijo que estaba muy mimado y lleno de florituras. Me quitó las esposas de las muñecas y me tiró el dinero a la cara. Me fui y no volví a tener sexo con ese viejo bastardo. Un día me enteré de que una amiga mía también fue allí y acabó con el culo doliéndole mucho después de la salvaje puteada.
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