Le pedí al cuñado del oficial de policía que me esposara durante las relaciones sexuales. Mi nombre es Renata, soy una mujer casada de 34 años que terminó engañando a su esposo con su joven cuñado. Su nombre es Marcos, es un policía de 23 años, sale con mi hermana Mónica desde hace apenas 4 meses. Y como es muy bueno y porque es policía, terminé interesándome en él. Sé que está mal, el bastardo es el novio de mi hermana menor. Pero no controlamos de quién nos enamoramos, y tenía muchas ganas de follármela.
Mi esposo ya no tenía esa energía. Marcos, en cambio, era muy fuerte y caliente, lleno de energía, y yo siempre tenía una fantasía sexual. Quería follarme a un policía y aun así dejar que me pusiera las esposas y me arrestara. Siempre quise hacer esto, pero nunca tuve la oportunidad, pero ese hombre podría ser la oportunidad de cumplir ese deseo. Entonces comencé a tratar de seducir a mi joven cuñado, hasta que un día terminó funcionando.
Mi esposo estaba en un viaje de negocios y estuvo fuera por 2 días. Sabía que Marcos tenía turno de noche los jueves. Así que decidí llamarlo aquí en casa, le dije que había hecho la cena y que si quería pasar, podía comer un poco. Eran las 10 de la noche, como iba a detenerse unos minutos para comer algo, decidió aceptar mi invitación y volvió a casa. Llevaba ese uniforme suyo y me puso loca de córnea.
Tenía una gran cena hecha por mí y le pedí que descansara un poco en el sofá para que pudiéramos hablar más. Y en esta conversación me acerqué porque estaba intensamente cachondo. Terminé besando la boca del bastardo y él no quiso parar, me agarró de buena gana y comenzó a pasar sus manos por mis pechos. Dijo que yo era una madurita muy caliente y que siempre quería verme desnuda.
Me desnudé completamente y le dije que se quedara con el uniforme. Pero solo se quitó los pantalones y me puso a cuatro patas en el sofá. Luego estaba penetrando mi coño de buena gana, golpeando mi culo y llamándome puta. Me encantaba que hiciera esto, y el bastardo penetraba más y más. Así que le pedí que cerrara mis manos con sus esposas. Me puse pesada y me empezó a pegar diciendo que yo era una vieja mala y que me castigaría.
De repente sentí su gran polla entrando en mi culo. Dolía mucho, pero se sentía bien. Y él estaba penetrando más y más fuerte excitándome mucho. Terminé burlándome de este cabrón haciendo eso, fue el mejor sexo de mi vida y él se burló de eso. Luego se puso el uniforme y se fue. Estoy esperando a que mi marido vuelva a viajar para que vuelva este cabrón y me vuelva a follar.
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