Me senté caliente y duro en la polla de mi suegro

Me senté caliente y duro en la polla de mi suegro. Hice disfrutar al travieso de este intenso sexo hecho en su casa durante la noche. Mi nombre es Elisa y les estaré contando la noche que tuve insomnio y mi suegro también. Para recuperar el sueño tuvimos sexo intenso y me sorprendió este cabrón. Nunca pensé que tendría tan buen sexo, mucho mejor que mi marido.

Era de madrugada entre lunes y martes, no tenía sueño porque a veces me pongo así en los días de mucho calor. Vivo en la casa de mis suegros, como es muy grande y linda, mi esposo y yo terminamos quedándonos allí. Como algún día la casa sería nuestra, era mejor quedarse allí que gastar mucho dinero viviendo en otra casa.

En las noches que tengo insomnio, tiendo a ver la televisión hasta que me duermo. Entonces siempre como algo y me fumo un cigarro a ver si me viene el sueño pronto. Y esta mañana tenía compañía, estaba viendo la tele y comiendo helado y mi suegro se despertó y se sentó a mi lado. Dijo que él tampoco podía dormir, estábamos hablando y viendo películas juntos. Y de repente en la película la pareja principal comienza a tener sexo y me da mucha vergüenza.

Me senté caliente y duro en la polla de mi suegro

Y mi suegro me sorprende diciendo que le encanta tener sexo, pero que mi suegra, en este caso su esposa, por ser muy mayor, está muy desanimada y no tiene sexo como antes. Así que a veces necesita engañarla y tiene relaciones sexuales intensas con varias mujeres jóvenes. No creí que hiciera eso, especialmente porque también dijo que su pene era enorme. Como tenía unos 60 años, nunca pensé que estaba diciendo la verdad y dije que dudaba de él.

El bastardo luego sacó su pene y me excitó. Era realmente grande y delicioso. No podía simplemente mirar y comencé a chupar esta enorme polla sabrosa haciendo que mi suegro se emocionara mucho. Luego acabé sentándome encima de él y el pillo me apretaba el culo y los pechos mientras yo estaba sentada sin parar. Era una polla muy bonita y sentarme en ella me estaba poniendo inmensamente cachondo.

Después de sentarme me pidió que me acostara, me acosté con las piernas abiertas y comenzó a penetrar mi coño con fuerza. Me agarró los pechos y dijo que eran demasiado bonitos y así terminé disfrutando del pene de ese cabrón. Tuve que agarrarme fuerte a que me penetraba porque él también tenía que correrse, y así logramos irnos a dormir y me desperté súper bien al día siguiente. Ahora la solución a mi insomnio es sexo caliente con mi suegro.