Mi esposa y yo tuvimos sexo con la sirvienta

Mi esposa y yo tuvimos sexo con la sirvienta deliciosa. Fue una verdadera locura esta follada donde disfrutamos intensamente con esta jugosa morena. Mi nombre es Julio, siempre he vivido en Guadalajara, crecí aquí y aquí es donde se compone mi familia. Tengo una hermosa esposa y hermosas hijas también, amo a mi familia y siempre he tenido mucho deseo y lujuria por mi esposa. Lo que pasa es que como trabajamos demasiado, tuvimos que contratar a una criada para que nos ayudara a limpiar la casa y hacernos la comida.

Como mi esposa y yo estábamos fuera de casa todo el día por trabajo, no teníamos tiempo para ocuparnos de limpiar la casa y preparar el almuerzo. En ese momento entró en nuestras vidas Valeria, una hermosa morena de 34 años, realmente fue la encargada de quitarme la tranquilidad y hacerme pelear con mi esposa. Porque tiene un trasero enorme y empecé a mirarla demasiado. Prácticamente hipnotizado por ese culo perfecto y hermoso, pero sabía que esto estaba mal.

Pero aun así no podía dejar de mirar a esta niña traviesa que me estaba quitando la tranquilidad. Incluso me masturbaba pensando en ella todas las noches, y cuando tenía sexo con mi esposa ya no tenía esa erección. Y mi esposa comenzó a notar y a pensar que era realmente malo, y sabía que era por nuestra criada. Y un día me llevé una linda sorpresa cuando llegué a casa. Mi esposa ya había llegado temprano del trabajo, intercambiamos besos y yo fui a darme una ducha, cuando volví te juro que lo que te voy a decir ahora es verdad.

Mi esposa y yo tuvimos sexo con la sirvienta

Como mi esposa tenía miedo de que la engañara con Valeria, quería hacer algo al respecto. Y cuando salí del baño los dos estaban desnudos sobre la cama intercambiando besos, estaba confundida y asombrada por todo. Y mi esposa me llamó para que me uniera a la broma, le pregunté si era una broma y ella dijo que no y siguió besando a la sirvienta. Así que ya tomé la toalla y me acerqué a los dos y, por supuesto, besé a nuestra criada y ya la dejé chuparme el pene junto con mi traviesa esposa.

Mi esposa era muy inteligente, cuando no puedes vencer al enemigo, es correcto unirse a él. Y como en este caso la enemiga era Valeria, mi esposa se le unió y los dos me estaban chupando el pene excitándome muchísimo. Después de esa rica mamada me acosté en la cama y Valeria comenzó a sentarse en mi pene excitándome muchísimo. Golpeé su cara, tiré de su cabello y, por supuesto, apreté ese enorme culo caliente mientras ella se sentaba voluntariamente encima de mi pene.

Mi esposa le chupó las tetas y el coño a Valeria y luego también le chupó mucho. Mientras Valeria practicaba sexo oral a mi esposa, yo la tomaba a cuatro patas y penetraba con fuerza su coñito caliente. Y así me corrí intensamente en su delicioso coño, y tuvimos una orgía muy sabrosa donde todos estábamos extremadamente excitados. Mi esposa me dijo que le dio a Valeria $300 para jugarnos esta mala pasada. Y me amenazó diciendo que nunca la engañaría, que siempre me llevaría este tipo de sorpresas.