Penetró el culo de mi tía rubia y de mi tío gordito gay. Os voy a contar cómo acabó todo esto entre estos viejos cabrones que me dieron mucho dinero para que pudiéramos hacer una putada así en familia. Me llamo Murilo, tengo 19 años y vivo con mis tíos, como mis padres son de un pueblo muy pequeño allí ta difícil conseguir un trabajo, así que tuve que vivir con mis tíos. Son de Guadalajara y aquí hay muchos más trabajos.
Y en sólo un mes conseguí un buen trabajo porque mi tío me ayudó. Habló con un amigo suyo y le pidió que me dejara trabajar en su empresa. Y unos días después vino a preguntarme si me gustaba. Le dije que sí y me dijo que podría quedarme con todo el dinero y que no tendría que ayudar a pagar los gastos de la casa. También me dijo que me cuidarían bien y que no tendría que preocuparme por nada. Esta historia me pareció extraña y unos días después llegó el resto de la historia.
Mis tíos me pidieron que fuera al salón porque necesitaban hablar conmigo de algo muy serio. Me dijeron que la situación se estaba volviendo difícil porque las cosas se estaban encareciendo demasiado. Y que tendrían que echarme de su casa. Estaba triste y no entendía nada porque hace días mi tío me dijo que no necesitaría ayuda en nada y que ellos se encargarían de mí. Y entonces mi tía dijo que había una solución. Y que para que me cuiden tendría que estar ayudándoles con algo valioso que sólo yo tenía.
Le pregunté qué era y la traviesa me dijo que tenía un pene muy grande. Y que ella y mi tío ya me habían visto bañándome y que realmente querían tener sexo conmigo. Y que si aceptaba podía seguir viviendo allí y que no tendría que pagar nada y que ellos se ocuparían de mí. Y terminé aceptando esta propuesta, rápidamente mi tío ya estaba sacando mi pene junto a mi tía y los dos me chupaban la polla dejándome excitado.
De este modo, empecé a tener el pene cada vez más duro. Mi traviesa tía dejó de chupármela y se acercó frotando sus perfectos y grandes pechos contra mi cara. Y tuve que chuparlos y me gustó mucho porque sus pechos eran muy grandes y bonitos. Y mi travieso tío siguió chupándome la polla sin parar y no pude resistir más y me corrí la primera vez. El viejo gay bastardo tenía la boca llena de leche y tuvo que limpiarse. Y mi polla se ablandó pero se puso dura poco después cuando mi tía empezó a restregar su culo sobre ellos.
Y cuando se puso dura de nuevo mi traviesa tía empezó a sentarse sobre mi pene. Me besó la boca y siguió llamándome jovencito travieso mientras yo le sujetaba el culo y ella se sentaba. Y ella pedía que le dieran una bofetada en mi gran culo perfecto y yo la abofeteaba cada vez más fuerte. También le di una palmada en el culo a mi tío y le metí el dedo en el culo. Y juntos los cabrones tuvieron intensos orgasmos en este caliente incesto que hicimos en el salón.
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