Si te gusta un buen cuento erótico con travesti, este te volverá loco. Con un travesti rabuda dándole el culo caliente a un cabrón de 65 años. Mi nombre es Joana, soy travesti y tengo 25 años. Hace unos años que me transforme y comence la transicion para tener cuerpo de mujer, ya tengo silicona, pelo largo y soy practicamente una mujer. Y los hombres se emocionan mucho conmigo. Y les voy a contar como terminé teniendo buen sexo con mi jefe travieso que es un viejo muy pervertido de 65 años con todo encima.
Trabajo en una tienda de bikinis de lujo aquí en el centro comercial de la Ciudad de México y mi jefe es un viejo cabrón con mucho dinero. Y como yo era un empleado nuevo en ese momento, todavía estaba en la fase de prueba. Y un día mi jefe dijo que tenía que quedarme hasta que cerrara la tienda que necesitaba hablarme de algo muy importante. Ya me puse toda nerviosa pensando que no le gustaba mi trabajo y me despediría. Pero en realidad me llamó para hacer una invitación. En realidad era una propuesta, me dijo que me aumentaría el sueldo y que me contrataría si le hacía un trabajo extra.
Le pregunté qué era y el cabrón ya se sacó su suave pene y dijo que quería tener placer conmigo. Ya dije que no querría, pero luego me dijo que el aumento de sueldo era de casi 500 dólares y que no se podía rechazar esa oferta. Dije que acepté y pregunté dónde íbamos a tener sexo. Y dijo que estaría ahí mismo en la oficina de su tienda y ya me pidió que me quitara el uniforme. Y eso fue lo que hice, me quité todo y me desnudé y mi jefe ya tenía la polla muy dura al verme sin ropa.
Y mientras le explicaba, mi travieso jefe cerró la tienda y fuimos a su oficina donde ya estaba completamente desnuda y él admiraba mi cuerpo joven y caliente. Agarró mis pechos y los acarició. Entonces le di la espalda y él empezó a acariciarme el culo ya besarlo intensamente. E incluso me dio unas lamidas muy ricas en el culo haciéndome enloquecer de lujuria. Y después de eso me quedé en la mesa y él estaba acariciando mi pene mientras chupaba mis tetas y me llamaba travesti traviesa.
Y yo estaba toda emocionada, me estaba metiendo el dedo en el culo y diciendo que yo era demasiado prostituta. Y de repente sentí su pequeña polla entrar en mi culo. Y me penetraba sin florituras mientras yo acariciaba mis pechos y mi pene. Y la traviesa penetrando duro en mi culo excitándome cada vez más. Luego terminamos yendo al piso donde se acostó y comencé a sentarme muy bien en su pequeño pene. Me sentaba fuerte y el viejo bastardo me agarraba los pechos excitándome mucho. Y yo era un imbécil follándome a mi viejo y sucio jefe.
Luego quiso tomar mi polla y dejar que se la metiera en el culo. No podía soportarlo mucho porque su culo estaba muy apretado y mi pene era muy grande y grueso. Luego volvió a penetrarme, me puse a cuatro patas gimiendo deliciosamente mientras me apretaba el culo. Y su pequeña polla entraba en mi culo con facilidad y terminé disfrutándolo muy sabroso. Y rabda dandole el culo habia que hacerle un sexo oral muy bonito para ver si el viejo se venia pronto. Caí con mi boca sobre su polla y todavía frotaba mis pechos haciéndolo correrse mucho. Y me contrataron y me convertí en su empleado favorito.
Estaba ansioso por experimentar el sexo entre hombres. Hacía tiempo que soñaba con sentir el tacto de otro hombre y, por fin, llegó esa noche. Había visto muchas imágenes y vídeos de sexo...
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