Tuve sexo salvaje con una camarera en la carretera. Mi nombre es Juan, tengo 42 años y trabajo como camionero de electrodomésticos. Y termino viajando por todo México reponiendo tiendas de electrodomésticos y electrónica. Y siempre tengo mis comidas en bares y restaurantes que están en el camino. Y os cuento una aventura que terminé teniendo con una camarera muy caliente y traviesa que me provocó y tuve que follármela a pesar de que yo era la fuerza.
Todo empezó cuando tenía hambre y quería parar para cenar. Y cerca de donde yo estaba en la región del Golfo, había un snack bar y llegué con mucha hambre y por suerte no había nadie allí. Era tarde y la camarera estaba por cerrar, pedí unos burritos y ella me los preparó. Y yo le dije que era muy bonita y que cocinaba muy bien. Ella me agradeció y dijo que eso no era lo único que hacía que supiera bien. Y seguí pensando que se refería a tener buen sexo también, pero luego dijo toda torpe que se refería a ser jugadora de voleibol, y me mostró unas medallas que tenían colgadas en la pared.
Pero yo ya estaba loco de lujuria porque pensé que ella quería sexo conmigo. Y mi polla ya estaba muy dura y quería de todos modos tener sexo con esta perra. Y le ofrecí 200 dólares y ya estaba sacando el dinero de mi billetera y dándoselo. Y la joven dijo que no estaba en venta y que nunca tendría sexo conmigo. Me puse nervioso, así que fui a la puerta y cambié su letrero a cerrado. Y la camarera ya predijo lo que iba a hacer y agarró un cuchillo. Me acerqué a ella y el cuchillo tocó mi pecho y le dije que podría apuñalarme si tuviera las agallas.
Y ella no tuvo el coraje de perforarme, tomé el cuchillo y lo tiré al piso. Tomé a la niña traviesa por el cabello y comencé a besar su boca, la arrastré hasta el fondo de la cafetería y llegando a la cocina ya la puse sobre la mesa y comencé a besar esa boquita. Ella estaba tratando de salir y yo la estaba abrazando fuerte. Luego me subí encima de la mesa y encima de la joven y comencé a rasgar su uniforme. Ella estaba luchando, pero yo era mucho más fuerte y estaba besando su boca y sacándole las tetas. Y ya me caí sobre esas tetitas y las chupé sin piedad.
Sexo salvaje con una camarera traviesa que trató de decir que no, pero de todos modos recibió una polla en su coño. Y esta pequeña traviesa estaba tratando de huir cuando comencé a quitarle las bragas. Pero como dije, ella era flaquita y yo era un cabrón mucho más fuerte y comencé con la penetración. Y yo estaba penetrando muy sabroso el coño de esta joven camarera y al rato de penetrar ese coño la traviesa dejo de moverse y se quedo quieta con los ojos cerrados haciendo cara de traviesa.
Y noté que ella lo estaba disfrutando y seguí penetrando aún más y tuve sexo salvaje con una camarera traviesa. Y ella estaba tomando mucho pene en su coño. Luego le pedí que se sentara en mi polla y ella comenzó a rodar muy bien haciéndome emocionarme mucho. Y ella gemía sabroso sobre mi polla volviéndome loco de placer. Y terminé corriéndome intensamente e hice que esta jovencita también se corriera. Me cobró la cena y seguí mi camino muy cansado y satisfecho.
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