Mi nombre es Juan Carlos, vivo en Tijuana y soy empresario en el negocio de farmacia. Y te puedes imaginar que tengo mucho dinero. Y tengo un fetiche ligeramente diferente, me gusta engañar a mi esposa con masajistas muy traviesos. Y os voy a contar como pasé la última tarde follando con la joven masajista de 18 años que tiene unas preciosas tetas gigantes. Esta joven se llama Angelina y acababa de graduarse como fisioterapeuta. Tengo un problema con mis facturas por sentarme tanto y necesito un masaje relajante cada semana.
Y decidí cambiar de masajista y encontré a esta señorita perfecta. Ella trabaja desde casa y vino a mi oficina para darme un masaje relajante antes de la importante reunión que tenía a continuación. Pensé que vendría una anciana pero vino una deliciosa joven masajista. Y como soy muy poderosa no pensé mucho, me gustaba y quería un buen sexo. Y ya he sido muy directo con la joven, le pregunté cuál era el precio de un muy buen sexo durante el masaje. Dijo que no hizo eso, que tenía novio y le era fiel.
Fui a mi caja fuerte e inmediatamente tomé 8 mil dólares porque sabía que tendría que apostar fuerte para follarme a esta joven. Y como me gusta la emoción decidí jugar, y me acerqué a la joven y le puse la torta de dinero al lado y ella se quedó boquiabierta porque nunca en su vida había visto tanto dinero. Entonces me quité la ropa porque sabía que había conquistado a la joven con esa cantidad de dinero. E incluso le dije que siempre tendría más sesiones de masajes y que ella tendría cada vez más dinero si me hacía correrme realmente bien. Y pasé buena parte de la tarde follando con la masajista guarra.
Como dije, todos tienen un precio, solo sigue apostando hasta que acepten. Aquella de 8 mil dólares se mojó toda y hasta se olvidó que tenía novio. Me acosté desnudo en la cama de masajes y ella estaba frotando aceite en mi pequeño cuerpo. Luego se desnudó y aceitó sus grandes tetas y las frotó en mi espalda, me emocionó mucho. Ya me di la vuelta y tenía que conseguir esta nueva masajista y estaba pasando mi mano sobre sus hermosas tetas y frotando mi polla sobre esas tetas perfectas.
La chica nueva se subió a la cama y vino meneándose y frotando su coño en mi polla. La agarré con brutalidad y estaba tirando de su cabello y penetrando su coño caliente con ira. Porque me encanta el sexo salvaje y una chica joven, guapa y traviesa así me lo tomaría a pecho. Y con mucha agresividad me restregaba sus pechos en mi cara y me iba penetrando ese coñito caliente de la traviesa. Me pidió que fuera más lento, pero hice todo lo contrario. Y en un momento ella dijo que quería parar porque ya le estaba lastimando el coño.
Sostuve sus brazos con fuerza y la penetré sin florituras haciéndola gemir y querer salir de mí. Y yo estaba diciendo que ella solo podía irse cuando me corrí en su coño. Y ella tuvo que contener las lágrimas y soportar que mi polla empujara con fuerza dentro de su coño. Y después de tener sexo con la flamante masajista terminé corriéndome en su coño y dejé que la picardía se fuera. Casi llora, tomó sus cosas, el dinero y se fue. Pero la otra semana ella estaba aquí otra vez toda traviesa buscando polla y dinero.
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