Terminé teniendo sexo anal durante una entrevista de trabajo y fue muy caliente. Mi nombre es Carolina, tengo 19 años y vivo en Guadalajara, tuve una vacante de trabajo en una empresa grande aquí. Querían una secretaria, no tenía experiencia, pero sí muchas ganas de aprender y hacer el mejor trabajo posible. Así que decidí arriesgarme y apuntarme a la entrevista. Llené los formularios y esperé hasta que un día me llamaron de la empresa.
Entré y la entrevista fue directa con el dueño de la empresa, entré a su lujosa habitación y me presenté. Al mismo tiempo me preguntó si había hecho este tipo de trabajo antes y tuve que revelar que nunca había hecho este tipo de trabajo. Pero aprendo rápido, pero me dijo que eso no era suficiente porque necesitaban a alguien con experiencia. Me preguntó si tenía alguna especialidad y como yo tenía muchas ganas del trabajo terminé diciendo que sí tenía una gran especialidad.
Me preguntó qué era y le dije que podía hacer que mis jefes se relajaran y que eso era muy importante. Me preguntó cómo hacía para que se relajaran y en ese momento me levanté la camisa y le mostré mis redondos senos. Tenía muchas ganas de ese trabajo porque la paga era muy buena. El cabrón se quedó con la boca abierta cuando le mostré mis tetas, y dijo que esa era una gran especialidad, me pidió que cerrara la puerta y así lo hice, volví y me senté en el regazo del cabrón.
Me dijo que realmente necesitaba una secretaria con experiencia, pero como le dije aprendería muy rápido, sería paciente y me enseñaría todo, siempre y cuando lo dejara tranquilo. En ese momento nos besamos en la boca y le dije que lo haría muy feliz y que no se arrepentiría de haberme contratado. Empecé a frotar mis pechos en su boca y él chupaba sin parar. Había un sofá al lado de su escritorio y me llevó a él. Donde me quité la falda y me desnudé completamente en la habitación de este bastardo.
Sacó su ya duro pene y comencé a chuparlo excitándolo mucho. El bastardo luego se quitó los pantalones y se sentó en el sofá y dijo que se suponía que debía sentarme bien. Me senté y me mecí en su polla mientras besaba su boca. Esto dejó al bastardo completamente loco, y yo estaba besando y sentándome más y más fuerte haciendo que este viejo bastardo se excitara más y más. Me tiró del pelo y dijo que me quería a cuatro patas.
Así que hice lo que me pidió, levanté mi culo y empezó a penetrarlo con mucha fuerza. Y no voy a mentir, le dolía mucho porque su pene era muy grueso. Pero como necesitaba tanto el trabajo, tuve que aguantar y finalmente vino, arruinándome todo. Me limpié y me fui a casa súper feliz de haber conseguido este trabajo. Empecé a trabajar y todos los días al final del día tenía que quitarle el estrés a mi jefe usando mi coñito para que el cabrón fuera feliz.
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