Tenía muchas ganas de ganar un traje de diseño de Dolce Gabana, pero era demasiado caro, así que acabé practicando sexo anal con mi tío. Y me regaló la ropa que siempre quise, y como quería ir a una fiesta muy elegante, llamaría mucho la atención llevando ropa de diseño de lujo. Y tuve que pagar este precio de tener sexo con mi propio tío porque soy una joven muy traviesa.
Me llamo Bárbara, tengo 18 años y tuve relaciones sexuales con mi propio tío. John es un hombre de 47 años que tiene mucho dinero. Es el hermano de mi padre y hasta hoy está soltero, pero le encanta gastar dinero con jovencitas muy calientes y traviesas como yo. Y como sabía que lo hacía y tenía muchas ganas de ganar un conjunto de lujo, decidí hacer este trato con él.
El anciano se sorprendió cuando le hice esta invitación. Dijo que siempre tuvo el sueño de tener sexo conmigo. Y me dio un buen dinero con el que pude comprar un traje muy caro y bonito, a cambio tendría que follar con él. Cuando me quité la ropa el cabrón se empalmó enseguida, estábamos en el salón, y ahí ocurrió todo.
Nos estábamos besando y él me quitó la ropa y empezó a chupar mis pequeños y redondos pechos. Me la chupó muy bien, mejor que el chico al que besaba en la escuela. Y después de haber besado a mi propio tío, el bribón se sacó la polla y pude ver que era pequeña y un poco blanda. Y lo chupé hasta que se puso más duro, pero el tamaño siguió siendo el mismo.
Y después de un sexo oral muy sabroso llegó el momento de sentarme en la polla de mi propio tío. Y yo estaba sentada muy sabrosa y dando bofetadas en su cara mientras me revolcaba intensamente en su polla. El cabrón se volvió loco y acabó disfrutando en menos de 5 minutos porque dijo que estaba muy sabroso. Esperamos un rato y volví a sentarme sobre mi polla hasta que se corrió muy rápido por segunda vez.
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