Tuve sexo con el chofer de mi novio rico y terminé corriéndome intensamente. Mi nombre es Renata Dias, tengo 34 años, soy una guapa rubia, encantadora y muy deseada por todos los hombres que se cruzan en mi camino. Antes era modelo y hoy tengo una tienda de ropa de diseñador en un centro comercial aquí en Guadalajara, estoy saliendo con un hombre que se llama Pablo, es un hombre de negocios muy rico y me encanta estar con él.
Pero eso fue en los primeros 4 meses de la relación. Después de eso se ausentó cada vez más y vi que era un hombre que siempre estaba estresado y enojado por su trabajo. Debido a que siempre tenía mucho dinero involucrado, siempre estaba en niveles máximos de estrés. De esa forma empezó a ponerse grosero, y yo ya me estaba cansando de él. Luego nos alejamos un tiempo y hace unos 3 meses retomamos nuestra relación. Ahora está menos estresado y más tranquilo.
Y cuando todo estaba funcionando, Ramón apareció en mi vida. Como mi novio vive de la computadora y el celular en sus negociaciones, necesita un chofer que lo lleve a donde quiera. Antes era un señor de 51 años llamado Gonzalo, pero terminó envejeciendo demasiado y ahora su sobrino está en su lugar. Su nombre es Ramón, tiene unos 24 años y es muy fuerte y guapo. Me miró de una manera diferente que me hizo sentir muy tímida y avergonzada.
Un día terminé peleando con mi novio y le pidió a Ramón que me llevara a casa. Y ese día decidí sentarme a su lado en el auto, estaba tan nerviosa que no pude contenerme y terminé llorando. Me consoló, detuvo el auto y hablamos por un largo rato, hasta que dejé de llorar y me sentí bien después de que me ayudó. Como estábamos muy cerca terminé besando su boca, en ese momento ya me abrazó fuerte y me besó intensamente.
Luego estaba levantando mi vestido y poniendo su mano en mis bragas. Me emocioné demasiado y terminé en su regazo. El bastardo me levantó aún más el vestido, me hizo a un lado las bragas, sacó su enorme pene y lo metió dentro de mi coño. Estaba mojada de lujuria, su pene era muy sabroso y entraba y lastimaba mi coño. El hombre travieso besó mi boca y lamió mis pechos dejándome aún más caliente.
Después de sentarme cómodamente, me llevó al asiento trasero donde me acosté con las piernas separadas. Primero estaba chupando mi coño y luego estaba penetrando su pene con fuerza. Terminé divirtiéndome y después de un tiempo él también. El cabrón me llevó a casa y me fui a dormir con el coño doliendo después de sentarme encima de ese cabrón. Terminé bien con mi novio, pero ahora de vez en cuando termino sentándome en el pene del conductor.
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