Tuve sexo con la hermana cachonda de mi amigo. Una hermosa jovencita llamada Maria Constanza, una hermosa jovencita de tan solo 22 años, tiene los pechos pequeños, es delgada y tiene un lindo trasero. Particularmente amo a las mujeres delgadas, y estoy loco por María, ella es realmente hermosa, blanca perfecta, tiene ojos claros y una hermosa sonrisa. En cuanto a mí, tengo 35 años y soy el mejor amigo de Gabriel, que es su hermano. Trabajamos en el mismo lugar y siempre voy a su casa porque somos muy buenos amigos.
Ya no estoy casado, solía estarlo, pero no funcionó, y en este momento vivo solo. Recientemente, el apartamento de arriba donde vive Gabriel con su hermana estuvo disponible para alquilar. Lo alquilé porque sería una buena idea estar cerca de Gabriel y María, y el primer día que los invité a cenar, tomamos un tequila especial que trajo Gabriel y me emborraché mucho. Al igual que María también, y además de estar borracha me miraba mucho.
Nunca intenté tener nada con María, porque ella es muy joven y la hermana de mi mejor amigo. Y ya me dijo que nunca intentara tener nada con ella porque soy mucho mayor. De esa manera siempre lo respeté, ya que él es muy celoso de su hermana. María vive con Gabriel porque está estudiando y la universidad está cerca, entonces es más fácil para ella vivir aquí. Pero continuando con mi historia, ese día cuando estábamos celebrando mi mudanza al mismo edificio nos emborrachamos mucho.
Cuando se acabó la botella de tequila, Gabriel quiso irse a dormir, estaba demasiado cansado. Y tomé otra botella que tenía, llamó a María, pero ella quería quedarse un poco más. Como estaba muy borracho, ni siquiera le importó y la dejó allí conmigo. No iba a tratar de tener nada que ver con ella, pero María quería, tan pronto como Gabriel se fue se acercó y se sentó en mi regazo. Me besó en la boca y dijo que yo era un hombre muy atractivo y que me deseaba desde hacía tiempo.
Dije que no podíamos comer nada porque su hermano me lo pidió, pero la perra insistió y siguió besándome en la boca. No pude resistir más, esta joven delgada en mi regazo me emocionaba mucho. Empezamos a besarnos y ella tomó mis manos y las puso en su trasero, me emocioné mucho. La tomé en mis brazos y la llevé a mi habitación donde ya estaba levantando su vestido y chupándole el coño. Con ella todavía en el vestido, penetré a la joven traviesa.
Se emocionó mucho cuando comencé a penetrarle el culo. Abrió sus piernas sobre mis hombros y fui penetrando con fuerza el coño de la joven delgadita. Luego, María comenzó a sentarse en mi pene, se sentó demasiado caliente y porque estaba borracha fue aún más traviesa. Y yo la estaba penetrando con potencia, follamos de lado con ella tumbada besándome la boca y terminé corriéndome sobre esa jovencita. Fue muy agradable follar a esta deliciosa jovencita delgada, aún más a escondidas.
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