Me acosté con la preciosa hija del jefe del cártel. Una joven traviesa, sexy y muy hermosa, fue lo más peligroso que he hecho en toda mi vida. Y por supuesto nadie lo sabe, lo contaré aquí porque sé que será difícil averiguarlo. Después de todo hay docenas de cárteles aquí en México. Yo trabajo para uno de ellos, desde hace 5 años, mi nombre no lo puedo revelar, pero todos me llaman Kike.
Soy uno de sus empleados, trabajo como conductor. Pero no hago servicios de cártel, y mi trabajo como conductor es sólo llevar a las hijas y a la mujer de mi jefe a donde quieran ir. Por supuesto, tengo que llevar un arma porque trabajo como guardia de seguridad y para eso me contratan. Y una de las hijas de mi jefe se llama Fernanda, tiene 19 años y está haciendo la universidad aquí en Guadalajara. Tengo que llevarla a la universidad y recogerla todos los días.
Como sólo íbamos dos en el coche nos hicimos muy amigos con el tiempo. Y Fernanda quería cumplir un deseo, nunca había tenido sexo y realmente quería tener su primer sexo. El problema era que quería tener sexo conmigo y no con sus amigas de la universidad. Le dije que eso no sería posible, y que su padre no podía soñar con que eso sucediera. Ella se enfadó por esto y no me habló durante unos días, pero tuve que decirle que no podía tener relaciones sexuales con ella.
Pero un día esta joven fue a casa de sus amigos y bebió mucho, estaba borracha cuando fui a recogerla. Llevaba un vestido corto muy provocativo. Y yo miraba esas hermosas piernas y me estaba excitando y no pude resistirme. Ella seguía mirándome y levantándose el vestido hasta que tuve que parar el coche porque no podía dejar de mirar a la hija de mi jefe. Entonces se quitó todo el vestido y solo llevaba bragas, esto me puso extremadamente cachondo. No pude contenerme más y acabé besándola.
Me sacó el pene y empezó a hacerme una buena mamada, me dijo que eso ya lo sabía hacer muy bien. Pero yo quería sexo, así que se quitó las bragas y se puso encima de mí. Se sentó sobre mi pene muy tranquilamente y empezó a revolcarse lentamente. Yo estaba excitadísimo, agarrando su culo perfecto mientras ella se sentaba encima de mi polla. Fue un sexo muy sabroso e intenso, y tuve que tomármelo con calma para no hacerle daño en el coño.
La chica quiso ir al asiento trasero y allí se puso a cuatro patas y me dijo que le penetrara el coño. La penetré lenta y cariñosamente, sujetando su precioso culo y la chica gemía dulcemente. Ella seguía acariciándose el coño y acabó corriéndose en su primera relación sexual. Ella me dejó correrme en su coño, pero yo no quería correr ese riesgo. Así que me corrí en su boca, ella se lo tragó todo, luego se puso el vestido y me la llevé a casa. Fue una locura lo que hice y tengo que guardar el secreto.
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