Tuve sexo con la hija de la criada que es virgen. Mi nombre es Rogerio, vivo en Hermosilo, tengo una hermosa esposa y aún no tenemos hijos. Tengo una tienda de ropa junto con mi esposa y por eso estábamos fuera de casa todo el día trabajando. Así contratamos a una ama de llaves, se llama Antonia, una señora de unos 50 años. A medida que es mayor, lleva a su hija Rachel para que la ayude.
Rachel es una chica de 18 años, estudia en la mañana y luego va a mi casa a ayudar a su mamá. Y mi esposa y yo la tratábamos muy bien y hasta le pagábamos medio sueldo por ayudar a su madre. Y es una joven muy simpática y por supuesto muy hermosa. Y con el paso de los días comencé a sentir deseo por esta joven, más aún que un día le dijo a mi esposa que era virgen. Mi esposa le preguntó en broma si tenía novio y ella dijo que no, que incluso era virgen.
Seguí pensando en ello durante días e incluso soñé con tener sexo con esta joven. Hasta que un día mi esposa tuvo que viajar a la Ciudad de México, fue de compras para renovar nuestro stock. Y mientras ella va de compras yo me ocupo de la tienda. Pero ese día quise cerrar temprano, saqué algo de dinero del banco y me fui a casa. Cuando llegué, Rachel y su madre estaban limpiando la casa y yo, con malas intenciones, decidí quitarle la virginidad a esta joven.
La llamé a mi habitación y comencé a hablar, ella siempre fue amable y me armé de valor para hacerle mi propuesta. Dije que le daría $300 si tenía sexo conmigo. Fui directo al grano, y le gustó la idea, dijo que aceptaría el dinero, pero que tendría que tomarlo con calma porque ella era virgen. Luego se quitó la ropa muy despacio, le entregué el dinero y me emocioné mucho al ver su hermoso cuerpecito. Tendríamos que darnos prisa porque su madre estaba en casa.
Tan pronto como estuvo desnuda saqué mi pene y empezó a chupar. Me dijo que ya le había chupado el pene a sus amigos muchas veces, pero que aún no había tenido sexo. Después de chuparme se acostó en la cama y comencé a chupar sus hermosos senos y su coñito, la dejé bien mojada y comencé a penetrar mi pene dentro de ella. La traviesa gimiendo sabroso y yo penetrando muy despacio.
Después de eso le pedí que se sentara encima de él y tranquilamente se sentó. Dijo que le dolía un poco pero que también estaba rico y lentamente se sentó encima de mi pene. Estaba besando su boca y apretando su hermoso trasero mientras se sentaba lentamente, pero luego escuchamos a su madre llamarla por su nombre. Se fue desesperada y ya con la ropa puesta y volvió a ayudar a su madre, pero me dijo que me volvería a follar porque le gustaba y claro, porque le había pagado 300 dólares. Estoy esperando que llegue esta oportunidad, pero fueron 20 minutos muy buenos los que tuvimos ese día.
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