Tuve sexo anal con mi cuñado el día del velatorio de mi marido y tuve un orgasmo muy sabroso. Por supuesto que no quería hacerlo, pero el muy cabrón se aprovechó de este frágil momento en el que me encontraba y fue sacando su enorme polla. Esto me hizo enloquecer de lujuria, ya llevaba unos días sin tener sexo y me mojé al ver ese enorme pene frente a mí. Y como estábamos solo él y yo en mi casa terminamos teniendo un sexo muy sabroso e intenso. Me corrí dos veces y muy rápido e hice que se corriera mucho también, y en mi boca. Voy a contar cómo sucedió todo esto el año pasado entre mi cuñado y yo travieso.
Todo esto ocurrió el año pasado, mi marido estaba demasiado enfermo y acabó falleciendo. Y fuimos a enterrarlo y cuando todo terminó volví a mi casa. El hermano de mi difunto marido me llevó a casa. Se llama Gustavo, un moreno fuerte, muy alto y confieso que estaba muy caliente. Dejó a su mujer en casa y fue a llevarme a mi casa. Aquel día sólo quería darme un buen baño y dormir sin tener que despertarme al día siguiente. Yo estaba muy triste y Gustavo me estuvo ayudando todo el tiempo. Cuando llegamos a mi casa, me preguntó si podía entrar un rato.
Le preparé un café y nos quedamos hablando y recordando momentos con mi marido hasta que me sorprendió pasando sus manos por mis piernas. Yo llevaba una falda y él la levantaba. En ese momento le golpeé la mano y le pedí que parara, pero se arrodilló frente a mí y me dijo que siempre había estado enamorado de mí y que siempre me había deseado. Le pedí que se detuviera y continuó, me sujetó más fuerte las piernas e intentó besarme, me fui y él vino detrás de mí. Me tomó por detrás y sentí su durísimo pene tocando mi culo.
Y eso me puso muy cachonda y no pude resistirme, fue más fuerte que yo, la calentura habló más fuerte y acabé dándome la vuelta y besando su boca. En ese momento me arrancaba la ropa y me llamaba guapa, me sacó los pechos y empezó a chuparlos, poniéndome aún más cachonda. Fuimos al sofá del salón y le quité los pantalones y empecé a chupar su gran polla caliente. Gimió y me agarró del pelo pidiéndome que continuara. Después de eso me tumbé y empezó a chuparme el coño haciendo que me corriera por primera vez.
Estaba muy excitada con su lengua tocando mi coño y me corrí muy rápido. Siguió chupándome y luego empezó a meter su gran y gruesa polla dentro de mi coño. Era demasiado bueno, así que me puse a cuatro patas con mi gran culo agachado y empezó a penetrarlo. El cabrón me dio una palmada en el culo y me llamó caliente, y yo le pedí que me la diera más fuerte. Se puso muy roja y empezó a penetrar mi coño con su gran polla. Entonces me pidió que me sentara en su polla, siempre lo ha querido.
Entonces empecé a revolcarme en la polla de mi travieso cuñado. Me chupaba los pechos, me besaba la boca y me agarraba el culo tan fuerte como podía. Hice que el bastardo se corriera con tanta fuerza que acabé corriéndome yo también, por segunda vez. Después tuvo que volver con su mujer. Me quedé en casa, me duché y no pude dormir, pensé toda la noche en lo que había pasado. A la mañana siguiente estaba de nuevo en casa, y volvimos a tener sexo y fue aún más delicioso. Sé que no fue muy correcto lo que hice, pero la lujuria habló más fuerte y no pude resistirme a un delicioso sexo con un hombre con un gran pene.
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