Soy una monja muy traviesa que terminó teniendo sexo con un cura cabrón con la gran polla. Aquí en el convento es bastante aburrido la mayoría de los días, pero todo cambió cuando llegó el nuevo cura, un anciano alto y fuerte que terminó por emocionarme mucho porque era muy encantador. Nunca había tenido sexo en mi vida porque me hice monja desde muy joven y me dediqué por completo a ello. Pero el padre João y yo nos acercábamos cada vez más y yo sentía un calor enorme cada vez que estaba cerca de él.
Y un día sucedió algo muy lindo entre nosotros. Estaba duchándome en el convento y se me olvidó cerrar la puerta y el padre João siempre se duerme antes de dormir y terminó entrando al baño y me vio desnuda. Se quedo paralizado mirándome, porque soy una monja muy caliente, una hermosa blanquita de grandes pechos y no pudo resistirse y cerró la puerta con llave y se estaba quitando la ropa y mostrándome su pene grande y grueso que me hizo muy emocionado. Y lo dejé entrar en la ducha y besarme.
Y los dos terminamos intercambiando besos muy calientes y el cabrón dijo que quería una mamada, porque él también era virgen. Y yo también era virgen allí, sin saber que hacer, me arrodillé y comencé a chupar la polla grande y sabrosa del cura cabrón que gemía de tanta cachonda que sentía. Y yo chupando intensamente su gran polla sabrosa haciéndolo más y más excitado. Y el bastardo todavía estaba sosteniendo mis grandes tetas haciéndome aún más húmedo. Y después de eso me acosté en el suelo y él vino a lamerme el coño.
Y él estaba chupando mi coño mientras yo acariciaba mis grandes y sabrosas tetas. Después de eso, él estaba tirado en el suelo y decidí sentarme en su pene. Era la primera vez que me iba a sentar en un pene y comencé a rodar encima del cura haciéndolo loco de lujuria. Me apoyé en su pecho y me senté como una puta encima de su gran y gruesa polla. El cabrón me hizo mucha excitación y estuvo chupando mis grandes tetas y apretándome el culo, incluso unas cachetadas muy ricas que me dio.
Me volví loco porque estaba teniendo sexo con el sacerdote con el pene grande por primera vez y todavía era la hora del baño. Estaba realizando el fetiche más grande de mi vida y realmente fue muy sabroso, porque era mi primera relación sexual y ese sacerdote bastardo. Después de sentarme mucho sobre su pene, quería ponerme a cuatro patas. Y levanté mi trasero y él me apretó la cintura y comenzó a penetrar mi coño muy fuerte y todavía me llamaba perra mientras me acariciaba muy suavemente en mi gran trasero.
Estaba loco porque estaba teniendo sexo con el sacerdote con el pene grande y el cabrón estaba muy pervertido en ese momento. Después de penetrar mucho terminó corriéndose y llenándome el coño de leche. Poco tiempo después yo también disfruté mucho y nos fuimos a dormir. El otro día me visitó el cabrón en la mañana, cerró la puerta de mi habitación y tuvimos más sexo bueno, solo que esta vez en mi cama y ese día me vine aún más teniendo sexo con el cabrón nada más despertarme, y desde que esto empezó tenemos sexo todos los días.
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