Tuve sexo con una empleada lesbiana y su esposa

Tengo una empleada llamada María Clara que es una deliciosa lesbiana y terminé teniendo sexo con la empleada lesbiana y su deliciosa esposa. Los dos son rubios maravillosos y muy sabrosos que siempre me dejan muy excitado. Ese día estaba ocurriendo esa barbacoa de fin de año de la empresa donde todos se reúnen para celebrar otro año.

Y yo ya estaba muy borracho y estaba demasiado excitado por mi empleada lesbiana y su hermosa esposa. Y los llamé a ambos a la esquina y les hice una oferta. Les ofrecí 5.000 dólares por tener una noche con estas dos chicas traviesas. No pudieron negarse porque era mucho dinero, y después de la barbacoa de empresa se fueron a mi habitación donde continuamos la fiesta.

Cuando llegamos, se metieron en la cama y empezaron a besarse intensamente. Pero entonces me pidieron el dinero primero, fui a la caja fuerte, saqué el dinero y se lo di a las traviesas. Y se estaban desnudando e intercambiando besos en la boca y yo lo observaba todo atentamente con la polla muy dura. Y se desnudaban intercambiando chupadas en los pechos y en el coño dejándome loco.

Y ya me saqué la polla y puse a las dos zorras a chupar intensamente. Y yo estaba muy excitado con estas safadinhas tragando mi pene sin adornos. Y yo les apretaba el culo, las dos estaban a cuatro patas y yo sostenía sus enormes culos mientras me chupaban la polla. Y las putas pedían bofetadas y recibían muchas.

Me tumbé en la cama y me quedé allí con la polla dura, una de ellas vino chupándome la polla y la otra se sentó con su culo en mi cara. Y yo estaba chupando su culo caliente y su apretado coño. Mientras la otra me chupaba la polla, excitándome cada vez más. De repente sentí que algo me apretaba la polla y cuando una de las putas se quitó de encima vi a la otra sentada.

Y ella me dejaba penetrar su culo caliente y eso me ponía muy cachondo. Y la otra volvió a sentarse en mi cara y esto me dejó en éxtasis y terminé corriéndome intensamente y ensuciando el culo de la traviesa con leche. Después de eso no pude soportar nada más y tuve que irme. Fueron unos minutos, pero muy placenteros con estas dos hermosas mujeres.