Realmente necesitaba viajar a la casa de mis padres porque mi padre estaba enfermo. Y como no había autobús ese día, tuve que hacer autostop. Y yo sabía que había un anciano que trabajaba en el transporte y iba todos los días a mi ciudad. Le pedí que me llevara y accedió a llevarme gratis. Así que nos fuimos a mi ciudad y tuve que pagar el pasaje con sexo en la camioneta.
Y no sabía que me estaba metiendo en una trampa, ese viejo parecía ser tan bueno. Pero era un viejo muy pervertido y terminó comiéndome casi a la fuerza. A la mitad, cuando estábamos en un lugar desierto, detuvo el camión. Y me dijo que solo continuaría el viaje si yo le pagaba. Le dije que no tenía dinero y que prometió llevarme gratis.
Empezó a reírse de mí y dijo que no quería mi dinero sino mi cuerpo. Me negué enseguida porque era un viejo muy feo y no iba a tener sexo con él. El cabrón me dijo que me bajara de la camioneta y caminara hasta mi ciudad. Y no pude hacerlo porque ya era de noche y estaba en un camino desierto. Entonces el anciano dijo que tenía que pagarle.
Como no tenía muchas opciones en ese momento, tuve que llevar al anciano con lo que quería. Y tuvimos sexo en su camioneta y luego nos pusimos en camino. Cuando llegué a casa, lo único que pensaba era en darme una ducha. Porque el viejo me jodió por todos lados y todavía olía.
Me quité la camisa casi llorando de rabia porque no quería follarme a este viejo. Y él me estaba besando y chupando mis tetas duras. Casi me arranca el pezón del pecho con los intensos golpes que me daba. En la secuencia tuve que quitarme los pantalones y él ni siquiera esperó a que me quitara las bragas. Ya la estaba desgarrando y pidiéndome que me sentara en su regazo.
El viejo se sacó el pene y lo confesaré. Era un pene muy grande y grueso, pensé que era una vieja zorra. Pero aún así estaba muy bien dotado y tenía una gran polla. De todos modos hice lo que me pidió y me senté en su polla. Estaba todo feliz empujando mi pequeño coño con presión. Y yo estaba meneando el pene del bastardo mientras me besaba la espalda.
Luego me pidió que diera la vuelta y que pudiéramos seguir teniendo sexo en la camioneta. Porque quería follarme mientras me besaba en la boca. Me di la vuelta con mucho disgusto y besé la boca del bastardo mientras rodaba sobre su pene. Solo quería que viniera rápido para que nos fuéramos. Pero el cabrón tardó como media hora en correrse y aun así me dejó con el coño en llamas. Llegué a casa y nunca volví a montar con este viejo bastardo.
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