Dejé que el conserje de la empresa me penetrara el coño y acabé disfrutando intensamente con un sexo hecho sin florituras con este joven bribón. Mi nombre es Carmen y trabajo como secretaria en una gran empresa aquí en la Ciudad de México, tengo 15 años trabajando aquí, soy una mujer de 45 años que nunca ha tenido muchas aventuras en su vida, pero todo cambió cuando el joven Maurilio empezó a trabajar aquí, él es el conserje de la empresa y viene todos los días cuando estamos por salir.
Y un día aquí estaba lleno de trabajo por hacer y acabé quedándome hasta tarde. Y Maurilio vino a hacerme compañía, seguimos hablando y me excitó. Era un joven muy caliente de tan solo 20 años, y como mi marido ya no podía tener la misma energía que antes a la hora del sexo. Cada día pensaba más en ese joven que me ponía muy cachonda. Empecé a quedarme despierto hasta tarde sólo para poder hablar con este joven. Y cada día nos acercamos más hasta que una noche me dejó muy sorprendida.
Y un día no pude resistirme y me quedé hablando con ese joven. Me puse una falda más corta y me abrí algunos botones de la camisa para mostrar mis grandes pechos. No había manera de que se fijara demasiado en mis piernas. Así que abrí las piernas y le dije que mirara más de cerca, se arrodilló y miró mi coño. Ese día para provocarlo aún más yo estaba sin bragas y él estaba admirando mi coño. Me levanté aún más la falda y se corrió chupándome muy sabroso dejándome muy excitada.
Las cámaras estaban siempre apagadas, mi jefe las ponía sólo para asustarme, pero para ahorrar energía siempre las dejaba apagadas. Y yo me aprovechaba de esto y realizaba un deseo sexual que era tener sexo con este hermoso joven bastardo. Me chupaba el coño y yo le agarraba el pelo y le pedía que chupara más y más. Esto me estaba poniendo muy cachonda, me abrí la camisa y empezó a chuparme los grandes pechos y a besarme la boca. En ese momento le saqué el pene y comencé a chuparlo, volviéndolo loco.
Después de chuparme los pechos me colocó sobre la mesa y comenzó a penetrar su pene dentro de mi coño. Los objetos de la mesa cayeron al suelo y me quedé sin falda y con las piernas abiertas. De repente, la enorme polla de este joven entraba en mi coño, poniéndome muy cachonda. Me dio una bofetada en la cara y me llamó puta, diciendo que tenía unos pechos preciosos y un coño aún más caliente. En todo momento me estaba penetrando con mucha fuerza, hasta que le pedí que cambiara de posición. Me puse de pie, apoyado en la mesa y con el culo doblado.
El bribón me tomó entonces por detrás y me penetró el coño con su gran polla. Yo estaba muy excitada y le pedí que continuara hasta que terminé teniendo un orgasmo muy sabroso. Mi marido nunca me había llevado así, y este joven sabía realmente lo que hacía. Me corrí mucho y él también, el muy pillo me dejó el coño muy sucio y después nos fuimos. Luego se convirtió en rutina todos los días espero a todos para ir a tener sexo en la oficina con el conserje travieso de gran polla.
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