Amamanté a un piloto de avión para poder viajar gratis. Esta fue una muy buena experiencia en la que terminé teniendo sexo oral muy sabroso con un piloto travieso. Mi nombre es Bruna, vivo en Culiacán, y como soy una joven muy hermosa, estoy tratando de ser modelo. Mido 1,85, así que soy una chica de 19 años, alta, delgada y con unos bonitos pechos redondos y un bonito culo. Porque soy hermosa, me gusta disfrutar de este beneficio natural que tengo. Y siempre recibo regalos, favores a cambio de besos, mamadas y hasta sexo, según lo que me den. Y un día tenía muchas ganas de viajar a Estados Unidos, había un concurso en Nueva York.
Y por suerte para mí, tengo un vecino que trabaja como copiloto de avión. A veces él también es piloto y gana un buen dinero por este tipo de trabajo. Y como el boleto de avión era muy caro, quise hacer un intercambio con Roberto, mi vecino que es piloto de avión. Me quedé chateando con ellos unos días por mensaje. Incluso intercambiamos fotos en las que envié una foto de mis senos para ponerlo loco de córnea. El bastardo dijo que me tomaría gratis, pero que necesitaría ayudarlo a cumplir un viejo deseo sexual que siempre quiso.
Su mayor deseo era conseguir una mamada dentro del avión en la cabina. Luego me pidió que mencionara que yo era su sobrina por si alguien preguntaba. Yo podría ir gratis porque tienen un cupo de personas por mes que pueden viajar con ellos, son más personas de la familia las que tienen este beneficio y no se puede usar demasiado. Pero como tenía muchas ganas de recibir sexo oral dentro de la cabina, me llevó. Así que 9 días después llegó el día de viajar, me recogió en coche y nos fuimos al aeropuerto. Como siempre tiene que subirse al avión mucho antes para hacer ese control, me llevó.
Les dije a todos que yo era su sobrina y que soñaba con ser azafata. Y luego subimos al avión, me pidió que me sentara a su lado en la cabina y comenzó a sacarse el pene. Me dijo que no dijera nada, que solo la chupara bien para no correr el riesgo de grabar ninguno de nuestros audios. Así que como él iba a mantener su parte del trato, yo iba a mantener la mía. El bastardo sacó su enorme pene y me arrodillé y comencé a chuparlo. El travieso me sujetaba el pelo y decía lo guapa que era mientras le chupaba la polla intensamente. La sostenía con ambas manos porque era bastante grande y mamaba intensamente.
El bastardo gemía suavemente porque no podía contenerse de estar tan cachondo. Y mamaba cada vez con más ganas, excitando mucho al niño travieso. Me pidió que me sacara las tetas y las miraba mientras yo seguía chupando más y más la enorme polla de ese piloto travieso. Estaba muy emocionado y yo estaba feliz de poder ir a los EE. UU. por primera vez y gratis. Todavía iba a comprarme un hotel porque íbamos a tener buen sexo. Y, por supuesto, todavía me daría algo de dinero y luego me llevaría a casa sano y salvo.
Así que primero tenía que cumplir su mayor deseo sexual, que era tener sexo oral en el avión. Succioné y succioné hasta que el cabrón me dijo muy bajito que tragara y antes de que pudiera entender lo que estaba tratando de decir, el cabrón ya se vino en mi boca. Tuve que aguantarlo, no me gustó mucho, pero era parte del trato. Se la chupé intensamente al bastardo y se puso mega excitado, luego me senté en mi asiento. Empezó a llegar gente y viajamos a Estados Unidos. Y esa fue la experiencia sexual más loca que he tenido y, por supuesto, necesitaba contarte todo aquí.
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