Mi tía me emborrachó y se sentó en mi pene. Confieso que me gustó mucho, después de todo tuve muy buen sexo y dejé de ser virgen. Nunca antes había tenido sexo, ni sabía a qué sabía el coño, pero mi tía me ayudó a conocer este maravilloso sentimiento. Y estaré describiendo aquí todo lo que recuerdo sobre el día que tuve sexo con mi madre. Follamos intensamente y ella me puso extremadamente excitado.
Mi nombre es Juan, soy un joven de 21 años que hasta hace 2 meses nunca había tenido sexo. Recién besado, y solo una chica, es que no soy chévere, ir a la universidad. Tampoco soy guapo ni atractivo y eso hace que sea muy difícil tener sexo. Pero tengo algo que las chicas aún no han visto que las haría cambiar de opinión. Mi tía vio lo que tenía y le gustó tanto que no pudo resistirse y tuvo que sentarse en él.
Como no soy un joven apuesto, tuve la suerte de nacer con un pene enorme. Mide un total de 24 centímetros cuando está completamente erecto. Realmente grande, y como soy flaco y alto, ni siquiera puedes ver que tengo un pene tan grande. Y un día me estaba duchando y mi tía acabó entrando sin llamar a la puerta y vio el tamaño de mi polla. Después de ese día me di cuenta de que me empezó a tratar diferente, y un día terminó haciendo eso.
Mi tío había viajado y era miércoles por la noche. Regresé del trabajo y mi tía dijo que había comprado un poco de vino y me pidió que lo bebiera. Como ya había ido a la universidad y al trabajo, quería descansar y una buena copa de vino hace que la noche sea aún mejor. Entonces acepté y comenzamos a beber, apuramos una botella entera y ella quería pasar al tequila. Empecé tomando tequila y mezclando las dos bebidas me emborraché mucho y me tuve que ir a dormir.
Y cuando estaba casi dormido, me sobresaltó que la puerta se abriera de repente. Mi tía estaba desnuda y ya vino sacándome el pene diciendo que quería sentarse en mi gigante. No entendí nada, pero comencé a tener una erección al ver los lindos pechos grandes de mi tía. No me pude resistir, nunca había tenido sexo y era mi oportunidad. Dejé que mi propia tía me chupara la polla y luego empezó a sentarse encima de ella.
Me puso muy cachondo, la primera vez que estaba penetrando el coño. Mi tía me besaba y se sentaba y decía que era la polla más grande que había visto en su vida. Y yo estaba chupando sus deliciosos pechos mientras la niña traviesa se contoneaba, hasta que nos corrimos intensamente. Ella durmió conmigo en la cama y cuando nos despertamos teníamos que volver a tener sexo, después de ese día nunca más paramos. Cada vez que mi tío viaja, termina sentándose en mi polla.
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