Penetré a la fuerza el culo de mi cuñada gordita. Mi nombre es Antonio, tengo 24 años y acabé teniendo sexo con una gorda de 38 años. Su nombre es Angélica, es la esposa de mi hermano mayor Osvaldo, él tiene 43 años y se casó con esta gordita traviesa. Aunque es gorda, es una mujer muy hermosa, atractiva y encantadora. Además, es muy traviesa, siempre engaña a mi hermano y todos lo saben, incluido él.
El caso es que mi hermano es muy gordo, feo y sabe que no encontrará otra esposa como la que ya tiene. Así que él lo acepta y de vez en cuando descubre que ella lo engaña con alguien. Hay mucha gente a la que le gustan las gordas, incluso más bonitas como mi cuñada. A decir verdad, nunca quise tener nada que ver con ella, pero esta chica traviesa insistió tanto que tuve que follarle el coño y su culo caliente.
Como dije, nunca quise follarme a esta perra gorda, pero ella seguía bromeando mucho. Como mi hermano es muy aficionado a los videojuegos, tiene los mejores y yo siempre voy a su casa a jugar con él. De esa manera, tu esposa siempre me vigila, se burla de mí frotando mi pene, llamándome caliente y frotando mi trasero. Todo esto está oculto para mi hermano, me incomoda un poco, pero con el tiempo comencé a emocionarme.
Así que un día quise ir a follarme a ese gordo bastardo, estaba locamente cachondo. Una joven de mi clase de la universidad dijo que vendría a mi casa y me follaría intensamente. Pero al final no salió y me puse muy cachondo, me había tomado un chupito de tequila porque tenía muchas ganas de follarme a esta chica. Como ella dijo que no iría más, decidí que tendría que tener sexo y fui a la casa de mi hermano. En ese momento él no estaba en casa, solo su esposa, era mi negocio con ella.
Llamé al timbre y Angélica respondió y me invitó a pasar porque dijo que su esposo aún no había llegado. Dije que tenía algo que resolver con ella, me miró sorprendida e intenté besarla pero no me dejó. Dijo que no podía correrme así besando su boca y abrazándolo. Me sorprendió su reacción, ella siempre trata de joderme y hoy estaba siendo difícil. Le pregunté que había pasado y me dijo que ya no me quería, la jalé del cabello y la tiré sobre el sofá, ya arrancándole la ropa a la fuerza.
Ella gritó pidiendo ayuda y tiré de su pelo y le dije que se callara. Luego penetré mi pene en su coño y estaba penetrando muy fuerte, en ese momento dejó de gritar. Saqué mi pene de su coño caliente y lo coloqué lentamente sobre su trasero, todavía tirando de ella por el pelo y torciendo su brazo. La traviesa dijo que estaba delicioso y me pidió que tirara más fuerte, tiré más fuerte y fui penetrando su culo hasta correrme. Así mi cuñada y yo tuvimos un sexo salvaje muy caliente e intenso.
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