Le robé al dueño del cartel y tuve que hacer anal salvaje. Mi nombre es María Guadalupe, tengo 38 años y vivo en Juárez. Trabajo como empleada doméstica en la casa del dueño de un cartel. No puedo revelar su nombre, pero es muy rico y peligroso. Y como tiene mucho dinero y veo dinero por toda la casa todo el tiempo, esto despertó mi deseo de conseguir algo para mí. Nunca había visto una cámara por la casa y un día había mil dólares sobre la mesa.
Y decidí tomar la mitad, tomé 500 dólares y me los guardé en las tetas. Pensé que nunca se lo perderían porque era muy poco dinero. Y la casa siempre estaba llena, pero luego el otro día cuando fui a trabajar uno de los soldados de mi jefe me puso una capucha en la cara y luego me amarraron. Me llevaron a una pequeña habitación oscura y no tenía idea de dónde estaba. Estaba muy asustado y de repente mi jefe me quitó la capucha y me preguntó si sabía por qué estaba allí.
Fingí que no sabía por qué, así que me abofeteó. Empecé a llorar y me disculpé, dije que tomé el dinero y que tenía que pagar el tratamiento de mi hijo. Era una mentira, pero necesitaba mentir, así que envió a sus ayudantes y me dejó solo. Dijo que estaba decepcionado y que podría haber pedido que me hubiera dado mucho más. Me disculpé y dije que nunca volvería a suceder.
Mi jefe dijo que me perdonaría porque había trabajado allí durante 5 años y era una gran ama de llaves. Pero me iba a dar una lección para que nunca volviera a hacer eso, así que comencé a llorar. Y dijo que era bueno, me desató y se quitó la ropa. Tenía miedo y curiosidad por saber qué quería, y sin decir nada puso su pene en mi boca. Empezó a tirarme del pelo y tuve que chuparle la polla a ese bastardo.
Dijo que siempre pensó que yo era muy caliente, pero que como yo era muy serio, nunca pensó en follarme. Pero que después de robarle, el bastardo me daría una lección. Luego me preguntó si lo follaría y sería perdonado o enfrentaría las consecuencias de mi robo. Dije que haría lo que quisiera y el bastardo me pidió que me quitara la ropa. Me desnudé y me puso a cuatro patas en el suelo, de repente sentí su pene entrando en mi culo, me dolía mucho, pero tenía que soportarlo.
Penetró con fuerza y me golpeó muy fuerte en el culo, me llamó ladrón y empezó a pegarme. Al penetrar mi culo con fuerza me tiró del pelo y tuve que dejar que lo hiciera. Luego me pidió que me sentara duro sobre su pene, y como me dolía mucho el culo, me senté sobre la polla de mi jefe. Hasta que se corrió dentro de mi culo, luego me dejó ir y volver al trabajo. Y mi gran trasero me salvó de un gran problema.
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