Me fui de viaje con mi padrastro y tuvimos sexo en el auto. Una experiencia encantadora que me dejó inmensamente emocionada. Nunca pensé que algún día tendría sexo con mi padrastro Ramón. El tiene 58 años y yo solo 20, y además siempre lo consideré mi padre, pero él no quería ser mi padre, quería ser mi amante. Me lo reveló durante este viaje y terminé negándome por supuesto, nunca tendría sexo con él.
Mi nombre es Lorena, tengo 20 años y vivo en Guadalajara, mis padres son de Tijuana. Vivo aquí porque la universidad aquí es genial, así que todos los meses mi padrastro viene a buscarme y voy a Tijuana a pasar unos días con mi familia. Está casado con mi madre desde hace 8 años y lo considero mi padre. Pero ese día, como dije, él no quería ser mi padre, quería ser mi amante, pero como dije, me negué, pero horas después me hizo una oferta que no pude rechazar.
Mi papá sabía que yo realmente quería un auto porque quería poder viajar sola. Y me dijo que estaba a punto de comprar un auto nuevo y que iba a vender su auto viejo. Pero él podría dármelo, podría convencer a mi madre para que lo aceptara y yo tendría un auto propio. No me pude resistir, siempre quise ese carro y hasta soñaba con manejarlo. Y ese sueño podría hacerse realidad, solo necesitaba tener sexo rápido con mi antiguo padrastro.
No sería algo imposible y tan malo, no es feo y es aún mayor. Así que no tomaría mucho, y después de eso tendría el auto después de que él obtuviera uno nuevo. Acepté su propuesta y se fue al desierto para que pudiéramos hacer el auto del motel. Nos detuvimos en un lugar donde no había nadie ni coches pasando y nos subimos al asiento trasero. Y ahí el cabrón ya se estaba quitando la ropa y su pene estaba muy duro y no era pequeño como me imaginaba, era muy grande y grueso.
Luego comencé a chupar la enorme polla de mi padrastro, lo que lo excitó inmensamente. El bastardo me tiró del pelo y me llamó perra mientras le chupaba la polla caliente. Luego me dijo que dejara de chuparle la polla y me pidió que me sentara encima de él. Y me senté y lo besé en la boca, yo no quería besarlo pero él insistió y para que yo tuviera el carro tenía que hacer lo que él quisiera. De esa manera estaba rodando sobre su pene y él estaba besando mi boca.
El bastardo me pidió que me sentara más apretado y gemiera más fuerte. Obedecí lo que me pidió y mi coño comenzó a arder porque su pene era muy grueso. Pero para que yo tenga su coche tendría que pasar por este momento doloroso y yo estaba sentado aún más fuerte en su polla hasta que finalmente el bastardo vino untando mi coño. Estuve en silencio el resto del viaje, apenas llegué a casa me di una ducha porque me arrepentía de haberlo hecho, pero al menos ahora voy a ganar ese auto.
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