Tuve sexo con las dos tias viejas de mi amigo

Tuve sexo con las dos tías ancianas de mi amigo. Nunca antes había hecho eso, porque son dos ancianas de más de 65 años. Tuve sexo con ellas porque fui muy bien recompensado, obtuve 400 dólares a cambio de sexo con estas viejas. Y fue una experiencia maravillosa, hubo una de ellas que hasta pendejo me dejó penetrar y yo penetré con mucha fuerza dejándola toda desollada. ¿Tendrías el coraje de follarte a dos viejas a cambio de dinero?

Seguro que no son bonitos. Una se llama Ana y la otra Marieta, dos viejas flacas, pechos suaves y grandes, y nalgas normales. No son bonitas porque sean demasiado viejas, pero estaban bastante calientes cuando tenían 30 años. Pero el tiempo pasó y su belleza también, por lo que hoy en día son estos dos viejos pervertidos. Como sus maridos son aún mayores, ya no pueden tener relaciones sexuales con ellas. Y a estas zorras todavía les gusta mucho el sexo, por lo que suelen pagar a jóvenes como yo para entretenerlas.

Los conozco a los dos porque soy mejor amigo de su sobrino, Marcos, él es mi mejor amigo y siempre voy a su casa. Así, de vez en cuando tus tías van a visitar a tus padres y siempre termino dándoles los buenos días, nunca he sido de hablar. Pero un día me sorprendí, Ana me mandó un mensaje diciendo que necesitaba hablar conmigo, que quería mis servicios. Soy tecnico en informatica y reparo computadoras, Ana dijo que la suya se habia estropeado y me pidio que fuera al dia siguiente a su casa a echarle un vistazo.

Tuve sexo con las dos tias viejas de mi amigo

Cuando llegué vi que no estaba sola, también estaba Marieta. Seguí mirando la computadora pero rápidamente vi que no tenía ningún defecto. Entonces Ana dijo que no me quería allí para arreglar la computadora, quería otra cosa. Y le pregunté qué era y ella sacó $400 de su cartera, realmente mucho dinero. Y me sorprendió su pedido, quería saber si estaría de acuerdo en tener sexo con ella y su hermana. A cambio ganaría todo ese dinero y siempre tendría más si hacía un buen trabajo.

No soy rico y para ganar 400 dólares necesito arreglar muchas computadoras, así que dije que lo aceptaría. Me entregó el dinero y fue a la puerta a cerrarla con llave para no correr el riesgo de que nadie se interpusiera. Los esposos viajaban por trabajo, son socios en una empresa y pudimos sentirnos libres. Se quedaron en el sofá bebiendo vino mientras yo me quitaba la ropa lentamente. Luego me llamaron más cerca y comenzaron a chuparme el pene. Los dos y en ese momento mi polla se puso muy dura y chuparon aún más.

Después de eso comencé a penetrar el coño de Ana, yo estaba acostado y ella estaba sentada en mi pene. Mientras tanto, Marieta frotaba su coño en mi boca y lo chupaba intensamente. Se cambiaron de lugar y la traviesa Marieta me dejó penetrar su culo caliente y eso me excitó mucho. Los dos también estaban a cuatro patas y yo los estaba penetrando a cada uno, también los golpeaba mucho, porque les gustaba que los golpearan durante el sexo. Me vine en sus bocas y me fui, se enamoraron y me quieren dar más dinero.