Dejé que mi médico me penetrara el culo y me corrí intensamente. Mi nombre es Camila, soy una mujer casada de 34 años y terminé engañando a mi esposo la primera vez. Esto paso hace 2 semanas y fue con mi doctor, se llama Doctor Rafael. Un apuesto hombre de 36 años, fuerte y muy alto, estaba triste porque su esposa lo dejó. Y fui a consolarlo y terminamos abrazándonos y lo besé en la boca. No sé qué pasó, pero cuando este hermoso hombre me abrazó no pude resistirme, terminé perdiendo el control y lo besé. Y no solo nos besamos, terminé follándolo.
Amo a mi marido pero últimamente el sexo no es muy frecuente entre nosotros, tiene un problema de corazón y no puede follar por mucho tiempo. No puede hacer mucho esfuerzo, entiendo su situación, pero antes el sexo duraba casi una hora, ahora dura como máximo 15 minutos. Y no puedo satisfacerme en solo 15 minutos y siempre necesito masturbarme. Pero nunca pensé en engañarlo, porque no creo que eso sea correcto, pero con Doutor Rafael fue diferente y no pude contenerme.
Como vi que el médico estaba muy triste, le pregunté qué pasaba y se abrió conmigo. Se desahogó y dijo que estaba muy triste, lo abracé y al sentir esos brazos tan fuertes no pude resistirme. Empezamos a besarnos y como la erección era muy grande abrí las piernas y le mostré mi coño. El bastardo comenzó a chuparlo poniéndome loco de córnea. Como era ginecólogo, sabía muy bien dónde sentía más placer la mujer. Y me estaba chupando intensamente, luego se sacó el pene y me tocó a mí chuparlo.
Salí del Dr. Rafael muy emocionado con este sexo oral, él ya se estaba quitando toda la ropa y yo también me estaba quitando la mía. Entonces yo estaba completamente desnuda y me acosté en la cama del hospital y él se subió encima y comenzó a penetrar su enorme pene dentro de mi coño. Fue una sensación muy buena y estaba completamente excitado con este travieso doctor penetrándome. Entonces dije que era mi turno de ponerme encima de él.
Así que comencé a rodar sobre el pene del médico travieso haciéndolo muy feliz. Tuve que controlarme para no gemir en voz alta porque tenía otros pacientes esperando ser atendidos. Y la cama empezó a hacer mucho ruido y tuvimos que ir al piso, donde me pidió que me pusiera a cuatro patas. Venía por detrás agarrando mi cintura apretada y estaba penetrando su enorme pene dentro de mi coño. Me contuve para no gritar de lujuria y él estaba metiendo su gran pene dentro de mi coño.
Me acosté de lado en el suelo y él también, el cabrón me apretaba los pechos con fuerza y yo acariciaba mi coño para tener un orgasmo muy sabroso. Entonces el bastardo me pidió que volviera a rodar sobre su pene. Me puse encima de él y me senté sobre su pene hasta que se corrió y me ensució toda. Seguí sentada y le pedí que me apretara los senos con fuerza y así también tuve un orgasmo maravilloso. Me limpié y luego vi lo caliente que estaba y perdí el control. Luego me despedí de él y me fui a casa, y ya estoy deseando que llegue la próxima cita.
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