Practicar sexo con un hombre que tuviera un pene de 17 centímetros era algo que siempre había querido hacer. Aunque me gustan las mujeres, siempre tuve curiosidad por experimentar la sensación de que un hombre me penetrara. Así que, cuando encontré a un hombre que tenía el tamaño del pene que tanto deseaba, no dudé en aceptar su propuesta.
Fuimos a un hotel cercano, ya que no teníamos tiempo de alojarnos en casa de nadie. Una vez allí, empezamos a besarnos y a acariciarnos. Me besaba con gran pasión y pasaba sus manos por todos mis lugares íntimos. Yo gemía a cada caricia, pues ya estaba muy excitada.
Pronto, nos quitamos la ropa y él fue directo a mi culo. Empezó a besarme en la nuca y a apretarme las nalgas. Luego colocó la cabeza de su polla de 17 centímetros entre mis nalgas y empezó a empujar lentamente. Gemí fuerte de placer al sentir aquella gran polla dentro de mí.
Me penetró lentamente y luego fue aumentando la velocidad poco a poco. Sentía cada centímetro y cada vez me volvía loca de placer. Empujaba profundamente y yo sentía que con cada movimiento me acercaba más y más al éxtasis.
Al cabo de un rato, empezó a penetrarme más rápido y con más fuerza. Gemí fuerte y me retorcí, pues la sensación era indescriptible. Aquella penetración tan profunda me estaba volviendo completamente loca.
Continuó durante un rato hasta que alcancé el clímax. Él también se corrió poco después, y nos abrazamos un rato, exhaustos.
Después de vestirnos, salimos de la habitación y nos fuimos a casa. La experiencia de tener relaciones sexuales con un hombre que tenía un pene de 17 cm fue algo inolvidable para mí. Nunca había sentido una sensación tan intensa y sé que nunca olvidaré aquella noche.
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