Mi madre estaba muy emocionada y se sentó en mi pene. Mi nombre es Andreas y tengo 19 años, y estoy en esa etapa de disfrutar la vida, ir a fiestas, consumir muchas drogas y follar con jovencitas. Y terminé saliendo de un agua adulterada con éxtasis conocida como la droga cachonda. Dejé la botella en mi habitación, mi madre pensó que era jugo y terminó bebiéndolo todo.
Cuando llegué a casa de la escuela, mi madre estaba desnuda en la sala viendo porno y masturbándose. Inmediatamente corrí a mi habitación y vi que la botella estaba vacía. Fui al salón y ahí estaba mi madre toda drogada y cachonda. Agarré su ropa pero ella la tiró al suelo y vino hacia mí. Intenté alejarme de ella pero vino abrazándome y hasta me bajó los pantalones. Trató de agarrar mi polla pero me aparté de ella.
Estaba desesperada porque había drogado a mi madre y ella estaba muy cachonda. Así que me senté en el sofá, tomé mi celular para buscar en internet cómo cortar el efecto de esta droga. Y cuando estaba distraído, mi madre se me acercó de nuevo, tiró mi teléfono celular, se sentó en mi regazo y comenzó a besarme. Y lo confieso, no soy de hierro y terminé dejándome besar.
Estaba muy sabroso y ella estaba desnuda sentada en mi regazo. Terminé dejándome llevar por la córnea y besé a mi propia madre. Ella tiene grandes pechos y no dejaba de restregarlos en mi cara. No perdoné y comencé a chupar esas grandes y deliciosas tetas. Entonces mi mamá me sacó el pene y ya estaba sentado encima de él.
Me entregué por completo al placer y estaba besando a mi propia madre y follando su coñito. Ella estaba fuera de control y yo también, solo que ella estaba drogada, ahora yo era pura perversión por follarme a mi propia madre. Ella se sentaba y yo sostenía su buen culo y le chupaba las grandes tetas.
Luego me pidió que la follara a cuatro patas, ella se quedó en el sofá con su gran culo levantado y le besé el culo caliente. Le di una buena cachetada y penetré su coño, ella gemía fuerte y eso me excitaba mucho. Y mi madre rodaba a cuatro patas con su culo caliente en mi polla y yo estaba loco de placer. Tenía mucho calor y quería ir al baño.
Yo también fui, y mientras la tina se llenaba estábamos teniendo sexo en el baño. Luego fuimos al baño y allí mi madre siguió sentada en mi pene. Y le sostendría el culo y le chuparía esos grandes pechos. Me llamó bastardo y dijo que jodía mucho mejor que mi papá. Oh, no pude resistirme y terminé disfrutando de su coño caliente.
Mi madre también después de un tiempo corrió sobre mi pene y la llevé a su cama. Terminó durmiendo y al cabo de un rato despertó toda avergonzada. Porque me acordé de lo que había pasado, ella fue a mi habitación y dijo que lo que pasó entre nosotros estuvo muy mal. Y me hizo prometer que no le contaría a nadie sobre nuestro ardiente incesto.
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