Mi nombre es Paulina y vivo en Guadalajara y tengo 40 años. Soy madre de familia y casada, y les voy a contar una historia en la que terminé participando donde tuve sexo en el hospital con un miedo loco al pene grande. Fui a ver a mi ginecólogo y cuando llegué al hospital recibí la noticia de que mi médico se había jubilado y que había un médico joven en su lugar. Estaba nerviosa, después de todo era un extraño quien iba a examinar mi coño. Así que entré a la habitación y había un joven muy guapo que terminó por emocionarme un poco.
Él era muy fuerte y alto y me encantan los hombres así y mi esposo todavía no me estaba follando como debería porque siempre estaba demasiado cansado por el trabajo. Y yo estaba necesitada y asexuada, y cuando el joven médico me pidió que me quitara la ropa, me desnudé y me di cuenta de que estaba mirando mi coño de una manera diferente. Ella es muy guapa, menuda y depilada y para una madurita de 40 años soy muy caliente y atractiva. Y cuando el médico tocó mi coño se me puso la piel de gallina y accidentalmente dejé escapar un pequeño gemido.
Me miró y me dio vergüenza, y de nuevo empezó a tocarme el coño y terminé gimiendo de nuevo. Y después de eso el niño travieso se estaba riendo y yo no lo aguanté, lo agarré del pelo y lo puse a chuparme el coño. Y en lugar de que él tratara de escaparse, comenzó a chuparme y me estaba poniendo la piel de gallina y excitada. Y estaba teniendo sexo por primera vez en el hospital con este joven médico fuerte y atractivo.
El cabrón después de chuparme el coño, se sacó el pene y me pidió que se lo chupara bien. Y yo era todo un pervertido. Tomé ese gran pene y lo estaba metiendo en mi boca y chupando muy bien, volviéndolo loco de lujuria. El doctor bastardo gimió de placer cuando le chupé su bonita y gruesa polla. Me tiró del pelo y prácticamente estaba jodiendo mi boquita. Terminados los intensos preliminares que tuvimos, era hora de que me follara muy duro. Yo estaba acostada en la cama y él estaba metiendo su pene dentro de mi coño y tuvimos sexo muy agradable. Me mojé toda con esta enorme polla penetrando mi coño.
Me daba palmadas en el culo y decía todo el tiempo que yo era una mujer madura muy caliente y traviesa. Y que haría todo lo que mi marido no me hizo. Y yo llamándolo caliente y pidiéndole que penetre mi apretado coño cada vez más fuerte. Y cumplió bien la misión y me dejó con el coño en llamas. Después de tener sexo de lado comencé a sentarme muy fuerte en el pene del doctor en este sexo en el hospital.
Me puse a cuatro patas encima de su silla y el cabrón me estaba penetrando el coño aún más fuerte. Tuvo que taparme la boca con las manos para que no gritara muy fuerte porque terminé dejándome llevar y olvidándome que estaba dentro de un hospital. La traviesa me penetraba el coño con mucha fuerza y yo me excitaba cada vez más con este sexo en el hospital. Después de que me quemara el coño, el chico travieso me dio un baño de leche cuando se corrió en mi cara. Luego limpié y me fui a casa, ahora todos los meses vengo a verme y tengo muy buen sexo.
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