Me vine en el culo caliente de mi hermana menor que tiene 18 años y estaba muy emocionada. Nos besamos desde los 18 años, porque en realidad es mi media hermana, es solo la hija de mi madre, su padre es otro hombre. Y a decir verdad, nunca la vi como mi verdadera hermana, especialmente desde que la conocí cuando era mayor, por lo que nunca tuvimos mucha cercanía. Pero tuvo que venir a vivir con nosotros porque su padre murió y no tenía dónde quedarse. Y estaba disfrutando de tenerla en la misma casa que yo.
¿Por qué? Sencillo, porque es una blanquita bajita con un culo gigante y unas tetas perfectas. Ella va al gimnasio todos los días y pasa horas entrenando su trasero para hacerlo más caliente y más grande cada día. Y decidí que me iba a follar a esta zorra de una forma u otra. Y llegó el fin de semana, su primero aquí en casa y mis padres tenían que viajar. Mi madre fue a visitar a una tía enferma y mi padre la acompañó. Y me pidió que cuidara de mi nueva hermanita y eso fue lo que hice. Fui a la parte mala de Tijuana y compré una pastilla de éxtasis conocida como la droga del amor. Lo llevé a casa y lo vertí en el tequila.
Llamé a mi hermanita para tomar algo para conocernos mejor y ella aceptó de inmediato. Y estuvimos hablando y hablando en el jardín hasta que el fuego empezó a hacerse más grande y la córnea empezó a salirse de control. Y cuando lo vi, mi media hermana ya estaba sentada en mi regazo besándome la boca y yo estaba pasando mi mano por sus pechos y su caliente coño. Y ya le he quitado toda la ropa y dejado a la joven desnuda en medio de la hierba. Pusimos una toalla en el césped y nos fuimos de putas intensas entre hermanos cabrones.
La chica nueva tenía un culo redondo que me estaba matando de lujuria y decidí follarle el culo. Porque sabía que cuando pasara el efecto de la droga, esta joven ya no querría tener nada que ver conmigo. Y además a veces ni siquiera me acordaba de nuestro sexo así que tenía que disfrutarlo mucho porque podía ser la primera y la última vez que íbamos a follar caliente. Y llevé a mi hermana perra a un lado y con mucho cuidado estaba penetrando su culo caliente y apretado. Gimió mucho y me dijo que le dio el culo un par de veces y me pidió que me lo tomara con calma.
Y yo estaba penetrando su culo lo más lento posible para no correr el riesgo de lastimarlo. Y con cariño fui penetrando mis 22 centímetros de polla dentro de su culo prieto y rosado. La traviesa gemía mucho mientras yo su hermano mayor le follaba el culo caliente con deseo. Y me corrí en el culo de esta perra por primera vez porque era muy sabroso. Y ella en el pico del efecto de la droga del amor dijo que tenía que follármela aún más. Y ella me estaba besando y luego chupando mi polla que se estaba poniendo dura de nuevo.
Luego tomé a esta chica traviesa y comencé a penetrar su culo caliente nuevamente. Ella ya estaba loca y estaba sentada encima de mi pene haciéndome excitar aún más. Estaba sentada con fuerza y sentí que su trasero se ensanchaba más y más. Pero como estaba muy enojada solo sentiría el dolor el otro día. Y aproveché para follar mucho a la traviesa y me vine por el culo otra vez. Y finalmente también vino deliciosamente sentándose en mi polla. El otro día mi media hermana solo recordaba algunas cosas y me hizo prometer que no se lo contaría a nadie y dijo que eso nunca pasaría. Esto sucedió hace unos 7 meses y hasta el día de hoy apenas me habla por vergüenza.
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