Soy un creyente muy pervertido, porque ni siquiera quería ser evangélico, pero solo tengo 18 años y mis padres me obligan a ir a la iglesia todas las semanas. Lo malo es que saben que me follé a muchas perras antes de casarme y que bebo, fumo y hago todo lo que creen que está mal.
Y hay una creyita de mi edad que se llama Rafaela, es muy caliente y está loca por saber las guarradas de la vida, tuvo la desgracia de ser hija del pastor universal al que atiendo y su padre anda al acecho. Es solo que como pretendo ser un tipo bastante heterosexual, confían en mí y su padre la dejó venir aquí a estudiar. Bueno, la suerte es que estamos en la misma habitación, y nos hemos besado mucho en la boca, por lo que el creyente travieso todavía no le ha dado el coño y dijo que no será antes de la boda, sin embargo, el culo es gratis para cachonda.
Entonces ella vino a mi casa para que estudiáramos, pero en realidad no había nada de estudiar, sino de quejarse. He estado besando a la niña traviesa y pasando mi mano por esas tetas deliciosas que tiene. La perra luego se quitó la falda y me mostró un hermoso culo con hilo dental perforado en el culo. Incluso trajo un lubricante para que no corriera el riesgo de que le despellejara el culo caliente.
Este pequeño creyente travieso luego se puso todo peladinha y me mostró este cuerpecito caliente. Estaba chupando esos pechos mientras ella me hacía una pequeña paja. Luego le chupé el coño sabroso y cuando fui a meterle el dedo no lo dejó. Dijo que no podía romper sus votos y que ya estaba prometida a otro hombre. Y mientras no se case, no puede arriesgarse a perder el sello de su coño.
Así que la puse a cuatro patas en la cama y ya le di la vuelta a la traviesa con el culo para arriba y empecé a llenarle el culo de huellas dactilares. Oh sí, ella lo dejó y le gustó, así que me puse a chuparle ese culito y a darle unas lenguas muy sabrosas en ese culo delicioso y caliente. Y luego metí el dedo hasta el fondo haciendo gemir deliciosamente a la pequeña perra.
Luego puse una buena dosis de gel en la cabeza de mi tórtola y se la pasé por el culo dejando ese culo de patchwork caliente todo untado de aceite. Así que subí y penetré ese bonito trasero sin piedad. Y soportó recibir mucha polla en ese culo caliente.
Después de follar ese culo a cuatro patas, la niña traviesa quería sentarse en mi pene y se movía mucho. Al final me desollaron el pene porque su culo está muy apretado y me dolía todo el pene. Pero valió mucho la pena porque me corrí mucho en ese lindo y suave culo. Esta joven traviesa creyente así que siempre que puede le dice a su padre que se va a estudiar aquí en casa cuando en realidad hace un buen anal toda la tarde.
Esa fue la historia más loca que me ha pasado y la voy a contar toda aquí en este cuento erótico real. Recibí una mamada de mi compañera de trabajo y me corrí en su boca, y todo esto sucedió...
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