Mujer de 68 años quería sexo anal y yo tenía que darle lo que quería. Un pene muy grande y sabroso en tu culo apretado. Mi nombre es Antônio Sanches, vivo en Tijuana y trabajo como mesero en un restaurante de lujo. Y esta anciana se llama Maria do Carmo, una puta rica que viene aquí casi todos los días. Y me ha estado prestando mucha atención estos últimos meses y un día me sorprendió con una invitación. Primero me dio una linda propina de $200 y luego me dijo que si iba con ella a su casa tendría mucho más.
No pude resistirme a esta oferta, tengo esposa e hijos y los amo. De hecho, lo estaba haciendo por ellos, porque iba a tratar de sacar la mayor cantidad de dinero de esta vieja perra. Y le dije que aceptaba su propuesta y que podía esperar a que terminara la jornada laboral. Esperó y al final envió al conductor en el autobús y yo tomé las llaves del auto. Era un todoterreno importado que aceleré al máximo y sentí la adrenalina y la vieja ya muy borracha se rió y pasó su mano por mi pistola que estaba muy dura. Y realmente estaba empezando a disfrutar pasar el rato con esta vieja perra.
Llegamos a su casa y era una mansión. Me quedé maravillado con ese lugar, ya llamé a la esposa y le dije que tenía un trabajo como mesero en una fiesta y lo tomaría porque el dinero era bueno. Y la vieja me llamó a su habitación, cuando llegó se tomó un baño de hidromasaje sensacional, el mejor y más caro champán y cuando esta zorra se quitó la ropa vi que era muy diferente a las pobres viejas a las que estaba acostumbrada a poner como ejemplo a mi suegra, 60 años y todo acabado.
Como había dicho la anciana, estaba llena de cirugía plástica y toda caliente. Grandes pechos de silicona, un trasero enorme, bien redondeado y sin defectos. La piel sin casi ninguna arruga y toda tersa. Dijo que eso se debió a que gastó mucho dinero en costosos procedimientos cosméticos, pero el resultado fue muy bueno. Y ya me saqué la verga y nos fuimos a la bañera donde ella ya estaba cabalgando encima de mi verga y besándome la boca. Le chupé las tetas calientes y la traviesa gimió y yo estaba penetrando ese coño caliente.
Mujer de 68 años quería sexo anal caliente en la bañera. Después de tomar mucho pene en el coño, la traviesa quería una polla en su culo. Y con mucho cuidado se fue sentando y penetrando mi polla en su culo. Era un culo muy prieto y ella me dijo que pocos le penetraban el culo. E incluso dijo que podía follármela duro y dejarla con el culo bien abierto y despellejado. Y me estaba excitando y le apretaba el culo a la perra y le penetraba el culo con todas mis fuerzas, excitando mucho a la perra.
Mujer de 68 años quería sexo anal y tuve que penetrar su culo caliente sin lujos. La traviesa se pone entonces a cuatro patas con el culo en alto y me pide que la penetre aún más fuerte y le pegue el culo. Y yo tenia que obedecerla y le estaba penetrando el culo con fuerza y golpeando fuerte su culo poniéndola toda roja. Y el resultado de todo fue que terminé dejando a mi esposa e hijos para vivir con esta anciana rica y caliente.
Me acosté con el aparcacoches en el parking y acabé con el coño ardiendo. Esto ocurrió porque su pene era muy grande y muy grueso, y como mi coño es estrecho la dejó muy dolorida. Era un sábado...
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