Le di un coche a mi hija a cambio de sexo y voy a explicar cómo acabó sucediendo. Me llamo Alfredo y tengo una preciosa hija llamada María Clara, una preciosa rubia de ojos claros que sólo tiene 19 años. Ella es lo más precioso que tengo y lo sabe. Mi mujer y su madre se fueron con otro hombre y nos dejaron solos, dejándome destrozado.
Desde entonces vivo para servir a mi hermosa hija y hacer todo por ella. Y como ya tenía 19 años, iba a la universidad y decidí hacerle un regalo. En realidad quería hacerle dos regalos, primero le regalé un coche, la llevé allí, nos subimos y no se lo podía creer. Me lo agradeció enormemente y me dijo que me quería mucho y eso me emocionó mucho.
Y le dije que quería tener un buen sexo con ella, después de que mi mujer se fuera decidí apuntarme al gimnasio, para cuidarme más. Y de un hombre gordo pasé a ser un hombre maduro, fuerte y guapo. Y mi hija no pudo resistirse cuando le dije que era hermosa y cuando intenté besar su boca. La rubia me dejó y besé su hermosa boca dentro del coche.
Fuimos a su habitación donde estaba completamente desnuda. Me emocionó mucho ver a mi hija sin ropa. Tenía unos pechos muy grandes y redondos, mi preciosa hija era blanca y tenía unos pechos realmente bonitos y enormes. Se dio la vuelta y pude ver que su culo también era grande y muy bonito. Y su coño sin pelo, simplemente perfecto.
Se tumbó en la cama con las piernas abiertas y me pidió que le chupara el coño. Y comencé a chupar el coño de mi propia hija dejándola muy excitada. La traviesa gritaba y me pedía que chupara más y más de este delicioso coño. Luego se corrió sentada sobre mi polla y yo apretando ese enorme culo. Y chupó los pechos de travieso y rápidamente disfrutamos intensamente con este incesto caliente.
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