A través de este relato erótico revelaré la experiencia gay que tuve con mi travieso hermano de sólo 19 años. Es gay y nunca tuvimos problemas con él, siempre lo respetamos. Y mi hermano empezó a hacer gimnasia y yo notaba que su culo era cada vez más grande y más bonito. Realmente parecía el culo de una mujer caliente.
Y un día se estaba cambiando de ropa y se olvidó de cerrar la puerta del dormitorio por completo. Pasaba por allí y lo vi con el culo al aire, todavía con unas bragas muy pequeñas. Me detuve y me quedé mirando ese hermoso, grande y suave culo. Parecía el culo de una mujer muy caliente y traviesa. Y mi pene se puso duro al ver eso.
Mi hermano se dio cuenta y cuando miró hacia atrás me llevé un gran susto. Me llamó para que entrara y acabé entrando en su habitación. Empezamos a hablar y el ambiente se fue caldeando porque mi hermano empezó a burlarse de mí. Y seguí mirando ese culo y empezó a rodarlo muy lentamente dejándome loco de lujuria.
Y el tiempo se calentó y no pudimos contener la lujuria que sentíamos el uno por el otro. Y mi hermano se acercó a mí y de repente me sacó el pene y me dijo que estaba muy rico. Y empezó a chuparla, y yo me excité mucho y dejé que el pequeño bribón cayera con su boca sobre mi pene. Y hasta me miró y dijo que sabía que le estaba mirando el culo.
Y después de hacerme un sexo oral muy sabroso el cabrón giró su culo hacia mí y empezó a revolcarse sobre mi polla. Y eso me excitó aún más y estaba rodando sabroso. Y yo estaba penetrando ese culo perfecto en este sensacional incesto gay. Después de la traviesa sentada sabrosa dijo que quería tener leche en la boca pequeña y ganó mucho.
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