Bebí demasiado y acabé siendo penetrada por el camarero tarado. Te diré cómo acabé teniendo sexo con un camarero dentro del baño de mujeres. Y un detalle importante, mi novio estaba en el restaurante junto con nuestros amigos. Este fue sin duda el día más loco de mi vida, y creo que la mejor experiencia sexual que he tenido. Y como estoy disfrutando de la lectura de cuentos eróticos, he decidido dejar aquí mi historia para que la disfrutéis. Soy tímido, así que no te diré mi verdadero nombre ni el del camarero que me pilló en el baño y me hizo correrme.
Era sábado por la noche, mi novio y yo salimos con un par de amigos y fuimos a un nuevo restaurante que había abierto aquí en Cancún. Un restaurante italiano de lujo, fuimos a probar la pasta allí, y la comida era realmente buena. Y mejor que la comida fue este camarero, un moreno fuerte y muy sabroso, no dejaba de mirarme. Yo tampoco podía dejar de mirarlo y empezaba a ponerme muy cachondo. Entonces una hora nos estaba sirviendo y discretamente dejó una nota en mis manos. En esta nota decía que quería hablar conmigo en la parte de atrás del restaurante.
Así que dije que iría al baño y fui a la parte de atrás y allí estaba el fuerte y guapo moreno esperándome. Se había tomado un descanso para fumar un cigarrillo, me quedé fumando con él y hablamos. Hasta que no pude resistirme y le besé la boca. Y el bribón me agarraba el culo con fuerza y esto me ponía cada vez más cachondo. Tuve que volver a la mesa y a mi novio incluso le pareció extraño este retraso. Después de una hora y media volví a decir que iría al baño y esta vez lo hice, pero el camarero entró muy rápido y vino detrás de mí.
Entramos en una de las cabinas y empezamos a besarnos intensamente. Le dije que tenía que ser rápido, así que empezó a sacar su gran polla. Agarré su gran polla y empecé a chuparla, haciendo que se excitara aún más. Era una polla muy caliente y la chupé intensamente. Tuve que sujetarlo con las dos manos y lo chupé frenéticamente, dejándolo cada vez más cachondo. Me levanté y juntos también me levanté el vestido, me apoyé en la pared y él me puso las bragas a un lado.
Entonces su enorme pene empezó a entrar dentro de mi coño y acabé gritando borracha y cachonda. Estuve gimiendo y gimiendo hasta que alguien abrió la puerta y el travieso camarero me puso las manos en la boca para que no gritara más. Luego me penetró y me quedé callada, la persona que entró se fue y sacó sus manos de mi boca y volví a gemir, pero un poco más bajo. El bribón me sujetaba el culo y me penetraba sin parar dejándome muy excitada.
La traviesa morena se sentó en el inodoro y yo empecé a sentarme sobre su gran polla caliente. Me sujetó la cintura y los pechos y esto me puso aún más cachonda. Le pedí que me sujetara el cuello y empezó a penetrar mi coño con más fuerza. Acabé corriéndome y también lo hizo este bribón. Me arreglé el vestido, fui al espejo y me arreglé el pelo para poder volver rápidamente a la mesa. Esa noche mi novio y yo nos peleamos mucho porque le parecía raro que tardara tanto en el baño.
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