Dejé que 3 policías me follaran el culo por 200 reales. Y fue muy lindo, estos cabrones follándome, porque no solo me dieron el dinero, sino protección, que es mucho más valiosa. Mi nombre es Lorena, tengo 26 años y trabajo como prostituta aquí en Guadalajara. Y recientemente he tenido un problema con otras prostitutas que pasan el rato en la misma zona que yo y trabajan para el mismo proxeneta. Un día me tiraron en una trampa y me golpearon.
Así que les dije que lo lamentarían y que tenía que hacer algo al respecto. Porque me echaron del lugar donde me quedo. Y hay unos policías que pasan de vez en cuando y tienen sexo con nosotras sin pagar nada. Pero les ofrecí algo mucho mejor, dije que tendría sexo con los 3 si asustaban a mis rivales. Les gustó la idea y me subí a su auto. Luego fuimos a la casa de uno de ellos que es soltero.
Al llegar allí tuve que hacer primero un show de striptease, pusieron música mientras bebían cerveza y me puse a bailar. Y me estaba quitando la parte de arriba de mi ropa y mostrándoles mis pechos perfectos y grandes. Froté mis senos en sus caras mientras me quitaba la falda y las bragas pequeñas. A continuación, froté mi coño con estos hombres y uno de ellos me tiró del pelo y me esposó.
Y yo había caído en otra trampa y decían que me iban a follar fuerte el culo. Dije que solo le daría el coño porque eran 3 y yo solo era uno. Pero los cabrones me habían esposado y ahora eran ellos los que dictaban las reglas del juego. Grité y me golpearon el trasero diciéndome que me callara y me tuve que callar porque me dolía mucho. Entonces uno de ellos ya estaba metiendo la enorme polla en mi boca y el otro en mi culo. Y me dolía demasiado su polla entrando con fuerza en mi culo.
Luego me quitaron las esposas y uno de ellos ya me puso en su regazo y me estaba penetrando el coño. Luego un segundo volvía a meter su pene dentro de mi culo y antes de que dijera nada el otro ya penetraba en mi boca y tenía que chuparle la polla. Mientras yo le chupaba la polla al cabrón, los demás hacían una intensa doble penetración dejándome con el coño y el culo ardiendo mucho.
Para terminar, los 3 me metían sus penes en la boca y yo los chupaba hasta que se corrían intensamente. Y me untaron todo con leche fresca, luego tiraron 100 billetes y los atrapé. Pero ese mismo día fui a trabajar y ya no tenía rivales que me molestaran. Se las arreglaron para encontrar una manera de arrestarlos a todos e incluso les dijeron que nunca más se metieran conmigo. Así valió la pena el sexo salvaje hecho con los 3 cabrones.
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