Dejé que mi mujer fuera penetrada por el portero del edificio y yo miraba porque quería tener esa experiencia de ver a mi mujer teniendo sexo con otro hombre. Y confieso que disfruté demasiado, ver a otro hombre penetrando su coño y luego su culo, fue lo mejor que hicimos y disfruté intensamente. Y voy a contar aquí cómo ocurrió dentro del salón de mi piso. Con el travieso portero, un joven de 23 años que nos hizo disfrutar intensamente a mí y a mi mujer.
Tengo 49 años y mi mujer 45, hemos viajado por todo el mundo, hemos hecho orgías entre amigos y varios otros tipos de guarrerías. Pero aún queríamos algo más diferente, y vi una oportunidad cuando hablaba uno de estos días con João Pedro, el portero del edificio donde vivimos. Es un joven de 23 años, alto y guapo, el hombre perfecto para que mi mujer y yo tengamos un inmenso placer. Así que le invité, e incluso le ofrecí 100 dólares, y como estaba necesitado de dinero y no iba a dejar pasar el sexo, aceptó.
Al día siguiente vino a nuestro piso, vestido con su uniforme y oliendo bien, mi mujer ya estaba muy excitada. Así que fuimos a la bañera y me senté en el inodoro, estaba desnudo con mi pene ya duro. Mi mujer estaba en la bañera toda mojada y entonces el joven se quitó la ropa y se metió en la bañera junto con mi mujer. Y la traviesa comenzó a chupar el gran pene que cada vez estaba más duro y eso me excitó mucho.
Lo confieso, disfruto siendo cornudo y a veces me gusta ver a mi mujer teniendo sexo con otras personas. Así que tuve que ver a esta hermosa safadinha chupar esa enorme polla. El portero estaba gimiendo de cachondo y mi mujer toda traviesa chupando sin parar. Empezó a pasarle la mano por los pechos y la traviesa le dijo que se sentara en la bañera. Entonces ella se levantó y empezó a restregarle el culo en la cara y él le chupaba el culo y luego su coño caliente.
Y para hacer este sexo aún mejor safadinha comenzó a sentarse en la polla del portero. Llamaba a mi mujer traviesa y se quedaba con sus pechos y su gran culo. Le dio unas bofetadas muy fuertes y la llamó puta, después mi mujer se puso a cuatro patas y le dijo que le penetrara el culo caliente. Y el cabrón estaba penetrando el culo de mi mujer y ella gemía intensamente, me corrí varias y varias veces. Y al final la traviesa morena aún se corrió en la boca de mi mujer dejándola toda sucia de leche fresca.
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